En las entrañas de un hotel

Las actrices Gabriela Cartol y Teresa Sánchez protagonizan “La Camarista”, una historia que habla de ese loable oficio

Eve toca la puerta de la habitación 2154, nadie contesta. Entra, comienza a limpiar, acomodar las cosas del tocador, recoge las sábanas y de repente ve a un hombre tirado en el suelo, cubierto con el edredón, se queda paralizada. Un segundo después lo reporta y continúa sus labores. En otra habitación, la dinámica es la misma, sólo que antes de terminar de recoger las cosas, le llaman la atención unas fotografías que están en un mueble. Eve es el personaje protagónico de la película La Camarista, ópera prima de Lila Avilés, que retrata la individualidad en la que el ser humano vive, dependiendo de la profesión a la que se dedique. Ella, la camarista, pasa la mayor parte de su tiempo en un hotel de cinco estrellas, luchando con las exigencias de su oficio y al mismo tiempo es invisible para los huéspedes. El filme ha recorrido el mundo presentándose en 52 festivales de cine y ha recibido buenas críticas por presentar una historia real y universal, con la que muchos espectadores empatizan. A Eve la interpreta Gabriela Cartol, quien desde que era una niña soñaba con ser actriz. Sus papás pensaron que esta idea la olvidaría, no fue así, en la adolescencia se aferró más a ella. Al ser originaria de Acapulco, su mamá la apoyó para viajar a la CDMX, donde estudió actuación en Casa Azul. Un año después de graduarse, protagonizó su primera película. Siempre trabajando en el cine independiente, donde ha encontrado la oportunidad de encabezar proyectos.
“En el cine nacional hacen falta historias con las que uno se identifique, de personas que represente a la mayoría de la sociedad. Claro que hay cine para todos los gustos. El público también demanda historias creativas y gente real, porque hay bellezas mexicanas, no me refiero sólo a lo físico, sino al alma, capaces de mostrar personajes honestos”, mencionó Cartol.
Esta idea la comparte su compañera de reparto, Teresa Sánchez, quien interpreta a Minitoy, una mujer robusta que inyecta la dosis de comedia al filme. “Las primeras trabas que encontré en la industria, fueron por mi físico, porque siempre he sido de cuerpo ancho, pero cuando dejó de importarme eso, me di cuenta de que esto era algo a mi favor porque siempre le iba a servir a otro papel”, comentó Tere. Ella tenía 14 años cuando decidió estudiar actuación. Al contar con pocos recursos, aprovechó cualquier taller gratuito e iba a la parte trasera de los teatros, donde los alumnos presentaban sus pruebas. Buscó la posibilidad de desarrollarse en el medio, de alguna manera lo logró; hizo títeres para niños, obras, música y nunca lo dejó. Ahora vive en Morelia haciendo teatro. Gaby y Tere rompen con el estereotipo de la actrices que se ven en la televisión o protagonizando los filmes de comedia romántica. Ellas se desenvuelven en el cine independiente contando historias más humanas y empáticas, una demanda que han escuchado en varios amigos, familiares y espectadores, por lo que invitan al público a ver La Camarista.
“Le pido a la gente que se den la oportunidad de ver esta película, sus personajes indudablemente les removerán sus emociones. Porque es un trabajo que Lila investigó profundamente y captó bien el ambiente al que las camaristas se enfrentan”, señaló Gaby.
Para realizar estos personajes, ambas actrices tomaron un curso exprés de la complicada labor de tender una cama en tiempo récord y dejarla sin una arruga. También tuvieron la oportunidad de platicar con algunas camaristas reales, aunque el principal trabajo fue con la directora del filme. Por Patricia Villanueva Valdez edp
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