En la industria cinematográfica siempre se reconoce en una entrega de premios el trabajo del director, los actores, el vestuario y maquillista, sin embargo para realizar un filme se necesita de muchas personas en post producción, directa o indirectamente con el equipo. La señora Guadalupe Ramírez ha estado detrás de cientos de películas, cortando los negativos de éstas cuando la era digital aún no llegaba y que será reconocida en la edición número 22 del Festival Internacional de Cine de Guanajuato.
Comenzó en este mundo a mediados de la década de los 70, cuando apenas tenía 16 años. Su padre era constructor de escenografías en los Estudios Churubusco y todos los días llegaba a casa contando las anécdotas o percances que había sufrido. Éstas despertaron su interés por el séptimo arte y en cuanto se abrió la oportunidad de entrar a laborar al mismo lugar, no lo pensó dos veces.
En aquella época el material era abundante, porque se trabajaban las cintas mexicanas, las extranjeras a las que había que ponerles subtitulos, comerciales, spots y giras de los presidentes. Entró al departamento de corte de negativo porque era el área abierta para mujeres, el revelado, impresión y lavado eran para los hombres.
Lo primero que aprendió, fue a agarrar los negativos y pegarlos con una máquina especial. “El pegamento debe ser exacto, porque sino las personas en la cinta salen con la cabeza cortada o la cinta da brincos”, señaló la señora Ramírez. Dos años después se su llegada, le enseñaron cortar los negativos. Una tarea que desde entonces ha hecho a lo largo de 30 años, aunque ahora con menos frecuencia que en sus inicios porque todo ya es digital. De los primeros rollos que cortó fueron las giras de presidentes, en aquella época se filmaba todo el recorrido que hacían en el país. No recuerda cuál fue la primera cinta que trabajó, ni cuántas hizo en este tiempo, jamás imaginó que años después ésta sería una pregunta habitual.
Lo que sí tiene presente es que colaboró en la película de “El gran triunfo” de Felipe Cazals que se estrenó en 1981. “Le quitaron una toma porque no le gustó al cineasta cómo se veía, pero ya tenían el sonido, no sabíamos qué hacer, pero entre el editor y yo lo solucionamos”, dijo.
En “Principio y fin” de Arturo Ripstein que se estrenó en 1994. “Esa cinta tenía mucho pietaje (los pies que componían el rollo), eran 14 o 16 rollos. Ahí tuve que quitar imágenes y sonido para reducir la película. Al final vino Ripstein y la checó para ver si le gustaba”, contó.
También trabajó con el ganador del Oscar, Alfonso Cuarón, en “Sólo con tu pareja”, que se estrenó en 1991. “Con él trabajé en su ópera prima. Nadie se iba a imaginar hasta dónde llegaría. Era a todo dar. Nos sentamos juntos, estuvimos cortando, armando la copia por varios días y arreglamos algunos percances”, mencionó.
Con Alejandro González Iñárritu cortó “Amores perros” (2001), a él lo recuerda como una persona exigente, pero entendía que era porque quería dar el mejor trabajo. Esta cinta también fue pesada porque se filmó bastante material, casi 400 rollos, cuando por la precariedad del cine mexicano, por lo regular una cinta era de 80 o cien.
POR PATRICIA VILLANUEVA VALDEZ