Un reloj gigante marcaba los segundos que faltaban para el inicio del show, mientras los fans gritaban el nombre de Karol G a todo pulmón. Seis bailarinas subieron al escenario, y segundos más tarde, una silueta apareció en el centro. "México, dale, dale, dale", se escuchó en las bocinas, y enseguida la colombiana comenzó a interpretar el tema Pineaple.
El volumen de la música no fue suficiente para cubrir las voces del público, que una tras otra, coreaban las canciones. La euforia se convirtió en melancolía durante un momento, cuando la colombiana recordó el momento en que terminó una relación a causa de una infidelidad,y dedicó el sencillo A ella a la mujer que le robó a su novio.
Sin embargo, la nostalgia duró poco, pues de inmediato el ambiente de fiesta volvió a inundar el recinto y los asistentes continuaron bailando al ritmo de la música. Con gran sencillez, la cantante descendió del escenario para estrechar la mano de algunos de sus fans, y subir a una niña a cantar con ella.
Con una expresión de incredulidad, pero sin pena alguna, la pequeña interpretó un fragmento de Creeme ante un recinto que la animaba con aplausos.
Al terminar, hizo una pausa en su repertorio para homenajear a Selena, una de sus grandes inspiraciones. El espectáculo continuó con Ahora me llama, Ocean, y Deséame suerte, tema que interpretó a dueto con Jhay Cortez.
La noche culminó en una lluvia de confeti blanco, que estalló al momento que sonaba China.
Por Belén Eligio
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