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Entre la bondad y la maldad

Diana Bracho es una de las primeras actrices de la televisión mexicana que pueden ponderar la calidad dramática en un papel

ESPECTÁCULOS

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La moral del personaje pasa a segundo plano cuando se decide darle vida, al menos esto es lo que piensa la mexicana Diana Bracho, quien se convirtió en una de las actrices más destacadas de la televisión mexicana. “Me da igual la moral del personaje, a mí lo que me interesa es la calidad dramática del papel”, comentó Bracho. Su versatilidad para actuar la ha llevado a participar en documentales como el de la cantante de ópera María Callas, en películas como El castillo de la pureza, otros ficticios como la protagonista en Cuna de lobos; hasta antagonistas como en Cadenas de amargura. “Me siento muy orgullosa de poder transitar después de tantos años por personajes muy diversos, incluso villanas totalmente distintas una de la otra. Eso me llena como persona y como actriz”, explicó. Actualmente la histrionisa forma parte del elenco de la telenovela Mi marido tiene más familia, en la cual interpreta a Blanca, quien junto con su esposo Eugenio (Rafael Inclán), son panaderos artesanales. El personaje ha guardado un gran pesar en su corazón. Bracho ha demostrado ser todo un camaleón para la actuación, pero cada uno de sus personajes los crea de manera distinta. “El modo en que te preparas para interpretar un personaje siempre es diferente porque hay varias formas en las que puedes entrar en él. Lo que nunca va a faltar es la disciplina, entrega y el respeto a lo que estás haciendo”, dijo. A pesar de tener una trayectoria llena de éxitos, afirmó que esto no es lo más importante para ella, que lo que vale la pena es la capacidad con la que cuenta un actor para poder interpretar a los personajes, por lo que no podría dar consejos a las nuevas generaciones. “¿Quién soy yo para darle consejos a alguien? La forma en la que apoyo a un nuevo actor es por medio de la comunicación actoral, haciendo creíble para la otra persona lo que estoy actuando y así fluya de manera natural su respuesta”. Sobre el tema de la evolución que han tenido los programas de televisión, la actriz considera que los cambios son muy interesantes y admite que le gustaría formar parte de alguna serie de streaming, siempre y cuando el proyecto le parezca bueno. Descendiente de una familia de artistas, Diana incursionó en el ámbito desde muy joven como actriz infantil en las películas San Felipe de Jesús (1949) e Inmaculada (1950), las cuales fueron dirigidas por su padre, el director mexicano Julio Bracho. Su versatilidad para interpretar papeles la ha llevado a actuar en más de 40 cintas en la industria cinematográfica de nuestro país. Además ha realizado telenovelas, series, programas y obras de teatro, muchos de estos trabajos le han dejado varios galardones y reconocimientos a lo largo de sus 70 años de trayectoria. Sumado a esto, actualmente se caracteriza por ser un símbolo en la industria del entretenimiento a nivel mundial, atributo que la lleva a formar parte (entre otros mexicanos) de la lista para jurado en la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas AMPAS, encargada de organizar y realizar las votaciones en uno de los premios más importantes del mundo, los Oscar. POR LUISA FRANCO