Alfonso Cuarón sedujo a la audiencia del Festival Internacional de Cine de Venecia con un filme muy personal, ambientado en el México de los años 70, e inspirado en su propia familia, en los amores y desamores de criados y patrones, que resulta una oda al matriarcado en el que se crió, sobre todo a su propia niñera.
“Es un filme sobre mi propia memoria”, advirtió el cineasta mexicano en el encuentro con los medios, tras recibir aplausos en la proyección para la prensa por su nuevo filme que competirá por el León de Oro.
Roma, que fue recibida con elogios y aplausos en la Mostra y que lo convirtió en un firme aspirante al León de Oro, ha emocionado a la crítica.
En esta película, Cuarón narra en blanco y negro la historia de Cleo, la criada indígena de una familia burguesa y aparentemente idílica de la Ciudad de México de inicios de la década de 1970, un personaje basado en la nana que él tuvo y a quien dedica el filme, Libo.
Está basada en un personaje de la vida real, Libo, es básicamente el mismo personaje. Fue mi nana de niño y se convirtió en parte de la familia, nosotros nos convertimos en parte de su familia”, narró.
Por EFE