El realismo mágico

“Vine a México mucho antes de realizar Frida. Pasé dos meses en Oaxaca y otros lugares haciendo dibujos inspirados en aspectos de la cultura mexicana”, contó la directora de cine y teatro Julie Taymor, durante su reciente visita a nuestro país. Mujer enérgica al hablar, que azota los puños sobre la mesa cuando cuenta los proyectos que la apasionan, platicó sobre una película que la traería de vuelta a filmar en locaciones mexicanas: “Tuve una reunión con productores, sobre un guion que tiene algo que ver con los migrantes de México y Latinoamérica. Está basada en un cuento de Horacio Quiroga. Podría llamarse Jaguar”. Reconocida como la realizadora de la película Frida, protagonizada por Salma Hayek en 2002, y como la creadora del musical El Rey León, cuenta que siempre se ha sentido identificada con nuestra cultura. “Conocía y amaba a los surrealistas mexicanos, me gustaban los muralistas como Toledo, Tamayo y Orozco, y sabía de Diego y de Frida”. La directora está consciente de que no todos los mexicanos sienten esa apreciación: “Recuerdo que hubo gente enojada porque hicimos una premier de Frida en Bellas Artes. Porque éramos estadounidenses y había resentimiento por ello. Yo no vi ninguna apropiación cuando hicimos Frida. Todo lo referente al realismo mágico es parte de mi sensibilidad”. Hasta hoy defiende su adaptación de la vida de la pintora mexicana y opina que el cambio global en la apreciación de la artista inició con su cinta. “Frida era marginada y considerada un monstruo. Ella y Diego no eran los héroes que se han vuelto ahora”, explica. “Nuestra película tuvo que ver con ese cambio. Siento decirlo así. Pude apreciar los elementos de la cultura mexicana clásica, como alguien de fuera. Cuando directores mexicanos como Alejandro González Iñárritu apenas empezaban, les interesaba más el México contemporáneo”. Taymor considera que la colaboración que tuvo con Salma fue también un trabajo de mujeres: “Me gustó la historia de amor de Frida. No estoy segura que a los hombres directores les emocionara mucho eso. Creo que fue Cuarón quien dijo que Frida era considerada kitsch”. Al preguntarle su opinión sobre los actuales movimientos feministas en Hollywood, comparte que ella también ha tenido que superar obstáculos en la industria: “Nunca lo había experimentado tan mal como cuando hice el musical de Spider-Man. Fue una situación en la que yo, la mujer, era la única con experiencia en Broadway, dentro de un pequeño “club de Tobi” donde los productores tenían miedo de lo que una mujer lograría si le daban poder”. POR CARLOS CELIS
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