High Fidelity

Cinco películas de uno de los mejores directores de la actualidad que tienen algo en común: la locura que se origina entre cuatro paredes. Roman Polanski, uno de los grandes mitos del cine moderno, ha logrado recrear sentimientos dentro de cuatro paredes, en su denominada “Saga de departamentos”. Esta franquicia en su filmografía compuesta por Repulsion (1965), Rosemary’s Baby (1968) The Tenant (1976) El Pianista (2002) y Carnage (2011), explora la psique y los miedos de un puñado de personajes mientras habitan un departamento urbano; una sensación que Polanski conoce perfectamente: durante su infancia vivió el terror del Holocausto. Su madre murió en Auschwitz, y él tuvo que escapar de un ghetto en Polonia y sobrevivió escondiéndose en cloacas y robando comida. Esta experiencia ha marcado su filmografía bajo críticas a una sociedad donde la misoginia y la xenofobia son un lenguaje que se entiende mejor bajo un techo que sirve como una prisión momentánea.

MIRADA AL HOLOCAUSTO

El Pianista

  Una de las grandes películas de la Segunda Guerra Mundial es una biopic de supervivencia, en la cual seguimos la vida de un pianista polaco que escapa del ghetto judío y tiene que vivir escondido en cuartos abandonados. Inmerso en soledad y con peligro de ser descubierto, el protagonista (Adrien Brody) descubre su propia humanidad en el arte y su música. Polanski se la dedicó a los muertos en el campo de concentración donde estuvo recluido.  

PADRES SALVAJES

CARNAGE

En una de sus últimas películas, Polanski nos enfrentó a los problemas existenciales de sus protagonistas, que crecen exponencialmente por culpa de la claustrofobia: dos matrimonios se reúnen para hablar acerca de una pelea entre sus hijos. Lo que parece una velada diplomática termina como un escenario bélico cuando el alcohol, los prejuicios socioeconómicos y la tensión conyugal corrompen a cuatro adultos, en teoría, civilizados.  

SEXUALIDAD ENCLAUSTRADA

Repulsión

  En su segundo filme, Polanski construyó una obra incisiva sobre la esquizofrenia y el terror psicológico, protagonizada por Catherine Denueve, quien le da vida a Carol, una joven que imagina que hay alguien viviendo en el departamento y que intenta violarla. El director recrea ambientes claustrofóbicos con una sexualidad perenne y plantea el espacio como un personaje más de la cinta; una antagonista, un catalizador que incita a que la historia tenga un punto climático.

VECINOS DEL DIABLO

 

EL BEBÉ DE ROSEMARY

Una de las cintas más influyentes del cine de terror se desarrolla en el edificio Dakota (famoso años después por ser el escenario de la muerte de John Lennon), donde se muda una joven pareja. Al principio este departamento es idílico y representa una nueva vida para Rosemary y su esposo… hasta que, luego de una pesadilla donde ella se ve como la víctima sexual de un demonio, comienza a padecer síntomas de embarazo. Polanski ilustra cómo las ciudades denigran nuestros instintos básicos de supervivencia. La desconfianza que provoca que otras personas invadan y te hagan sentir incómodo en tu propia casa se vuelve un fantasma que incendia un polvorín de sentimientos que estalla con consecuencias fatídicas.  

VOYEURISMO DE TERROR

THE TENANT

Pasó cerca de una década para que Polanski filmara un thriller —después de que su esposa Sharon Tate fuera asesinada unos meses tras el estreno de Rosemary’s Baby—. En The Tenant, ambientada en París, Polanski protagoniza la historia de un migrante que ocupa el departamento de una mujer que se suicidó. Poco a poco los otros residentes del edificio comienzan a confundirlo con la ex inquilina. Por si fuera poco, el único baño del piso da directo hacia su habitación, donde se da cuenta que sus vecinos pasan horas inmóviles, observándolo. Es uno de los trabajos más sólidos de Polanski, quien madura como cineasta y dirige un filme de suspenso clásico, donde la taquicardia no se presenta como un ente físico.   @Josue_Corro
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