“Nadie se va del todo. En mis conciertos volvemos todos a nacer, la música tiene esa potestad, esa autonomía, ese arte y ese don”, escribió Alberto Aguilera, Juan Gabriel, el Divo de Juárez, a sus 65 años de edad, el 28 de agosto de 2015, justo un año antes de morir.
“Parece que escribía su epitafio”, comentó Joel, un amigo muy cercano al cantante con quien intercambiaba correos. En su primer aniversario luctuoso, que se celebra hoy, su presencia sigue viva.
De acuerdo con la Sociedad de Autores y Compositores de México, SACM, cada 40 segundos se escucha en el mundo una de sus canciones.
Bajo la careta de Juan Gabriel se encontraba Alberto Aguilera, un hombre que dejó huella en aquellos que lo conocieron y que acumula una fortuna de 30 millones de dólares.
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Sin embargo, sus amigos cercanos lo recuerdan como una persona desapegada de lo material y preocupada por sus seres queridos. También dadivoso pero, sobre todo, amante de los chocolates, las pastas y los remedios caseros.
“Siempre tenía un remedio para todo y hasta en sus últimos días no le podía faltar su jugo de apio, perejil, espinaca, pepino y limón. Fue una persona muy amorosa y espiritual, que jamás le dio demasiada importancia al dinero, sino a hacer felices a sus seres queridos”, mencionó Silvia Urquidi, su amiga y abogada.
De su vida aún quedan muchos misterios, como sus más de 10 hijos y su preferencia sexual. Pero una cosa que continúa asombrando a sus cercanos es la forma en que Juan Gabriel se fue despidiendo de ellos antes de morir.
“En una de sus últimas presentaciones en el Auditorio Nacional, (el Divo de Juárez) me agradeció por los 26 años que estuve junto a él. Se bajó del escenario, me dio un abrazo y me acarició la cara como si supiera que algo pasaría. En ese momento me dijo que nunca se iría, que siempre iba a vivir a través de su música. Por eso siento que Alberto está”, comentó Urquidi.
De acuerdo con el periodista Joel O'Farrili, quien durante 15 años estuvo en contacto con Juan Gabriel, los últimos meses de El Divo de Juárez fueron de reflexión.
“Él me escribía como si ya no hubiera más que hacer, me hablaba de su legado, del amor y de sus recuerdos. Seguramente se estaba despidiendo”, mencionó.
Entre las celebridades que gozaban su amistad se encuentran Verónica Castro, Lucía Méndez, Juanes, Natalia Lafourcade, Elena Poniatowska, Paquita la del Barrio, Julión Álvarez y hasta Marta Sahagún.
“Al platicar con cada uno de ellos, todos coincidían en que era un hombre preocupado por los demás pues les preguntaba si algo les faltaba o estaba cómodos, siempre muy amable”, comentó Martha Figueroa, periodista y coautora del libro Juan Gabriel: un amor eterno, en el cual se recabaron los testimonios de las personalidades cercanas al compositor.
Sin embargo, la polémica continúa en torno a él, ya que existen tres demandas (dos civiles y una penal) interpuestas por sus hijos, Joao Gabriel y Luis Alberto Aguilera, para impugnar su testamento, que establece a su primogénito, Iván Aguilera, como heredero universal.
“No se van a detener, ellos van a ir con todo para que Iván muestre el testamento y se compruebe su validez. Yo no entiendo por qué Iván no lo muestra”, agregó Urquidi.
El viernes, Alberto Aguilera Jr. intentó tomar posesión legal de la casa de su padre, en Ciudad Juárez. La policía lo despojó de la propiedad por órdenes del alcalde Armando Cabada.
Así que Aguilera Jr. interpuso una denuncia contra Cabada por desalojo; y aseguró que el gobierno de la entidad está en contubernio con Iván Aguilera para quitarles todo.
POR PATRICIA CARRANZA