Cúpula

Umami: el sabor de la pérdida

En su primera novela de ficción, laia jufresa teje, hacia atrás, u na historia marcada por la ausencia y el duelo

Umami: el sabor de la pérdida
Foto: Cortesía Penguin Random House.

Umami es el quinto sabor que perciben nuestras papilas gustativas. Existe el dulce, amargo, salado, ácido y umami, palabra japonesa que podría definirse como sabroso, aunque no tiene traducción exacta. Alfonso adoptó el mapa de los sabores para construir la privada Campanario, donde todos viven sus vidas entrelazadas por los muros y las pérdidas.

Ana escarba. Saca la tierra contaminada con plomo de la jardinera de Casa Salado, para plantar una milpa en pleno Distrito Federal. Prefiere invertir el verano en su proyecto que volver al campamento en el gabacho, al lago donde su hermana Luz se ahogó. Su amiga Pina, quien vive en Casa Ácido, se fue a reunir con la madre que la abandonó cuatro años atrás. Ya no visita a Marina, una universitaria y pintora que vive en Casa Amargo, desde que, por alguna razón, se peleó con su mamá. Solo queda Alfonso, un antropólogo retirado por el luto de su esposa. Él vive en Umami. 

Laila Jufresa fue seleccionada como uno de los autores jóvenes más destacados del país en 2015. El reconocimiento es merecido. Umami (Penguin Random House, 2023), es de una maestría técnica y estilística que se reedita para dar oportunidad a nuevos lectores. 

La historia transcurre contada hacia atrás, de 2004 a 2000. Cada año está representado por un habitante de la privada Campanario. La novela es dinámica, polifónica y versátil. Aunque los temas más palpables sean el duelo y la pérdida, el cambio de la voz narrativa despeja el tono trágico y dota de humor y ligereza a la obra.

 “Todo lo sabemos entre todos”, advierte Alfonso Reyes en las primeras páginas. El lector debe hilar los acontecimientos. Cada vecino aporta a la trama.

El lenguaje es otro elemento destacado. Escribir el habla de una niña de cinco años, una adolescente o un adulto de 70 debió ser un reto. El argumento de Umami es ordinario, mundano, sin embargo, Jufresa da una perspectiva a lo cotidiano a través del duelo: “Uno lo que extraña es lo repetido, lo que parecía imprescindible y resultó no serlo”. Lo que para el lector puede sobrar, para los personajes no, y Laia apuesta por lo segundo. 

Todos pierden algo, pero los días siguen. Laia Jufresa muestra cómo las personas lidian con la pérdida en diferentes momentos de su vida. Para algunos, la experiencia puede ser más amarga, para otros agria, y muchos no podrán describirla nunca, como el umami.














 

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