Ante el alto grado de incertidumbre que hay en el panorama mundial y la debilidad de la actividad económica, el Banco de México (Banxico) recortó la proyección de crecimiento del país para 2022, de un rango de 3.2 por ciento a 2.4 por ciento, informó la Gobernadora del instituto central, Victoria Rodríguez Ceja.
“Para 2022 se prevé un crecimiento del PIB de entre 1.6 y 3.2 por ciento, con una estimación puntual de 2.4 por ciento”, destacó el Informe Trimestral del Banco Central.
Con esa situación, la estimación es que a lo largo del año, la creación de empleos ante el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) sea de entre 560 mil y 760 mil fuentes de trabajo.
Banxico proyecta para 2023, una expansión del PIB de entre 1,9 por ciento y 3,9 por ciento, con un escenario central de 2.9 por ciento.
En su primera conferencia de prensa al frente del Banco de México, Rodríguez Ceja expuso que en el balance de riesgos se ubica un “conflicto prolongado” entre Rusia y Ucrania y riesgos en el suministro del energético, lo cual lleva un impacto en los precios del petróleo que han repuntado a su nivel más alto en siete años.
"Todavía es prematuro qué pasará con este evento, ya que dependerá de la duración y magnitud, pero pudiera impactar en los precios de los energéticos y granos, porque son países productores relevantes”, enfatizó.
Conflicto en Ucrania acentuará la debilidad económica en México: Imef
14 MESES A LA ALZA
En el Informe Trimestral de Banxico, la inflación general se ubica en un nivel de 6.9 por ciento en el primer trimestre de 2022 a 4 por ciento para el cuarto trimestre de este año.
Rodríguez Ceja enfatizó que será hasta el tercer trimestre de 2023, cuando la inflación llegue a la meta de 3 por ciento. Destacó que la inflación subyacente de México lleva 14 meses a la alza.
Crisis Rusia Ucrania entorpecerá más la reactivación económica de México: Canacintra
Entre los principales riesgos que existen para la la inflación se ubican los siguientes factores: persistencia de la inflación subyacente en niveles elevados; presiones inflacionarias externas asociadas a la evolución de la pandemia y las medidas para contener sus efectos, lo cual puede originarse ante mayores costos de insumos o de transporte, así como problemas logísticos en las cadenas globales de producción o una reorganización geográfica de estas con costos de ajuste y que el reciente conflicto geopolítico dé lugar a mayores presiones en los precios de las materias primas, en particular los energéticos, o en los de los productos agropecuarios.
Sigue leyendo:
Cuenta corriente en 2021 registra el mayor déficit desde hace tres años: Banxico
AMLO y la economía en época de guerra