En 2020, el crédito de la banca al sector privado registró una caída anual de 4.6 por ciento en términos reales, ante el deterioro en las carteras de consumo y de empresas.
Es la mayor contracción en una década, desde 2010 que se vivieron los estragos de la crisis financiera de Estados Unidos, según datos del Banco de México.
Esta situación, aunado a la generación de mayores reservas preventivas para enfrentar el impacto del COVID-19, propició que las utilidades de la banca cayeran 40 por ciento el año pasado.
El financiamiento vigente ascendió a 4 billones 599 mil 979 millones de pesos, es decir, 72 mil 540 millones menos que hace un año.
Efectos de la pandemia
Luis Niño de Rivera, presidente de la Asociación de Bancos de México (ABM), comentó que el resultado obedece a los efectos de la pandemia en el bolsillo de los mexicanos, lo que se refleja en menores solicitudes de financiamiento.
“Claramente es un tema más de demanda, la gente está más cautelosa, las empresas también tienen cierta precaución para invertir, para crecer y para tomar crédito”, agregó Julio Carranza, vicepresidente de la ABM.
El crédito al consumo arrojó una contracción de 11.5 por ciento. A su interior, el financiamiento vía plásticos bancarios cayó 14.2 por ciento; el otorgado a través de préstamos de nómina y personales, 6 y 21 por ciento, respectivamente, mientras que el automotriz retrocedió 5.2 por ciento.
"Es reflejo del impacto del COVID-19 en el bolsillo de los mexicanos, ante mayor desempleo y reducción de ingresos", señaló Héctor Magaña, analista del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey.
En tanto, el crédito relacionado a empresas y personas físicas con actividad empresarial, que representa más de la mitad de la cartera total, se contrajo 4.5 por ciento.
El financiamiento a la vivienda fue el único que creció, con un aumento de 5.3 por ciento.
Por Fernando Franco