Probablemente, durante los últimos años, has escuchado con frecuencia el término "impuesto rosa". Esta es la forma en la que se ha definido un fenómeno que se ve en todo el mundo: el coste adicional de productos cuando son destinados a mujeres. Este aumento en el precio es posible de identificar en una gran variedad de insumos; sin embargo, es mucho más evidente cuando se compara un elemento funcionalmente idéntico "especial para mujeres", frente a uno que está destinado para el sexo masculino.
El "pink tax", como se ha nombrado en inglés, se ha identificado en algunos productos como rastrillos, ropa, medicamentos y hasta en servicios como cortes de cabello, situación que no se reduce a las mujeres en edad adulta, pues también impacta directamente a las niñas. De acuerdo con las personas especialistas en el tema, se trata de una estrategia de marketing en la que se destacan características exclusivas para el sexo femenino, aunque el producto solo cambie de color.

¿Un problema invisible?
Aunque el precio no suele ser tan elevado, en comparación con otros productos, no pasa desapercibido por parte de la comunidad, pues genera un impacto considerable en las carteras de aquellas mujeres que consumen este tipo de elementos. El problema se vuelve más impactante si se toma en cuenta la brecha salarial que persiste en la sociedad, misma que también se ha denunciado en repetidas ocasiones.
Y es que el color rosa, generalmente asociado a la feminidad, ha representado un pretexto para elevar el precio de ciertos productos desde un 5 hasta un 47% en comparación con aquellos destinados a los hombres. Un informa publicado en 2015 por el Departamento de Asuntos del Consumidor de la Ciudad de Nueva York confirmó que, en promedio, los productos destinados a mujeres cuestan 7% más.

¿Cuál es la razón?
Este problema ha sido estudiado por múltiples organismos a nivel internacional, en países como Chile, Argentina, España, entre otros. En México, por ejemplo, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco), explicó que este incremento puede relacionarse con la inversión que las marcas deben emplear para la presentación, empaque, diseño y publicidad de los productos destinados al público femenino.