CONTAMINACIÓN

Impuestos a la energía podría fortalecer las finanzas de los países en desarrollo: OCDE

El organismo destaca que la reforma de los impuestos a la energía busca descarbonizar la economía, movilizar ingresos fiscales y disponer de energía asequible

ECONOMÍA

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“Brindar un acceso fiable y asequible a energía limpia es crucial", señalanCréditos: Foto: Especial

Los países en desarrollo podrían recaudar unos ingresos fiscales muy necesarios y reducir las emisiones y la contaminación atmosférica, haciendo un mejor uso de los impuestos a la energía y recortando las subvenciones a los combustibles fósiles, de acuerdo con un nuevo informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

El informe del organismo analiza la fiscalidad energética en 15 países en desarrollo y emergentes de África, Asia y la región de Latinoamérica y el Caribe, y concluye que los impuestos sobre la energía y el carbono, si están bien diseñados, pueden dar un impulso a los esfuerzos para mejorar la movilización de los ingresos fiscales internos.

“Aunque el potencial de recaudación varía entre los diferentes países, el informe concluye que, de media, los países podrían generar ingresos equivalentes a alrededor del 1 por ciento del PIB si gravaran las emisiones de carbono de los combustibles fósiles a razón de 30 euros por tonelada de CO2”, refiere el reporte.

El organismo destaca que la reforma de los impuestos y las subvenciones a la energía constituye un factor clave para conseguir el triple objetivo de descarbonizar la economía, movilizar ingresos fiscales internos y disponer de energía asequible.

En este sentido, destaca que las economías en desarrollo y emergentes que luchan por recuperarse de la crisis de la COVID-19 con unos ingresos fiscales mucho más bajos que las economías avanzadas se beneficiarían de unos impuestos a la energía mejor diseñados y acompañados de un apoyo específico para los grupos con rentas más bajas. El ratio impuestos-PIB en los 15 países estudiados promedia tan solo 19 por ciento, frente al 34 por ciento de los países de la OCDE.

Ninguno de los 15 países aplica un precio específico al carbono ni utiliza los sistemas de comercio de emisiones de CO2, por lo que, para ayudar a los hogares más pobres, los combustibles fósiles empleados en calefacciones, cocinas e iluminación suelen subvencionarse o gravarse con impuestos bajos, pero eso lastra las finanzas públicas y, en algunos casos, puede alentar un uso excesivo de carburantes

“Brindar un acceso fiable y asequible a energía limpia es crucial para un desarrollo económico sólido”, indicó el organismo.

Por redacción