Muchas familias mexicanas han perdido a sus seres queridos por la crisis sanitaria y otras más no han podido arreglar sus trámites notariales como herencias o legados, por el temor del pago de impuesto.
Pero en nuestro episodio de Finanzas Personales de El Heraldo de México platicamos con José Ignacio Rivero Celorio, coordinador fiscal del Colegio de Contadores Públicos de México (CCPM), quien nos aclaró que en caso de recibir una herencia, ya sea una casa, departamento, acciones de una empresa, joyas, autos, cuentas de banco u otros bienes, todos están exentos de impuestos.
Rivero comentó que todo lo que se reciba por causa de muerte, a través de una persona y que se le conoce como herencia, sin importar su valor, no está gravado. Es decir, exenta la Ley del Impuesto Sobre la Renta (LISR), pero se requiere avisar al fisco de este ingreso para evitar el gravamen.
El aviso al Servicio de Administración Tributaria (SAT), la máxima autoridad fiscal del país, te libra de este pago de impuestos, de lo contrario, interpretará que los recibiste de otra fuente y te cobrará ISR.
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¿Qué debo hacer si heredé?
Cuando una persona fallece, la primera pregunta que surge es: ¿qué sucede con el patrimonio del fallecido? Rivero Celorio indica que cuando alguien fallece, su patrimonio se transmitirá a una u otras personas; no obstante el proceso es más rápido cuando se cuenta con un testamento de la persona que ha muerto, porque es un documento en el que ya se decidido voluntariamente a favor de quién pasará el patrimonio.
El SAT también aclara que está libre de impuestos aquella persona que recibe bienes por herencia y ha avisado al fisco, pero que su domicilio o residencia esté en México.
También comentó que los pasos para recibir una herencia es realizar un par de trámites ante la autoridad, por ejemplo si hay testamento hay que acudir al notario público y, si no existe, entonces podrás acudir con un juez quien determine la repartición, y esta puede no ser como la persona fallecida tenía planeado.
Cabe señalar que en la herencia o legado no importa quién sea el beneficiario, ya que puede ser cualquier familiar, directo o indirecto, o un tercero, como un amigo; y en el caso de la donación, sí importa a quién se le entregue el donativo.