México tiene el reto de no perder el grado de inversión en los siguientes meses, para lo cual es necesario trazar un plan de crecimiento de largo plazo que sea creíble, comentó Eduardo Suárez, vicepresidente de Análisis Económico para América Latina de Scotiabank.
Una de las variables de la fórmula para lograr ese objetivo es una reforma fiscal que fortalezca los ingresos, la cual -dijo- se espera que se empiece a trabajar en 2021, agregó.
“La economía entró bien parada a una golpiza (del coronavirus), la golpiza que se llevó también el resto del planeta, y ahora entramos al gran reto para restaurar el crecimiento, recuperar el empleo y sanear las finanzas públicas”, expuso en videoconferencia.
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Para este año, el grupo financiero estima que el Producto Interno Bruto (PIB) de México va a caer 9.1 por ciento. Su recuperación a los niveles previos a la pandemia, señaló el analista, va a llegar hasta 2025, algo similar a lo que va a pasar en el mercado laboral.
“El reto actual es restablecer los niveles sostenibles de deuda y, sobre todo, una trayectoria más fuerte de crecimiento”.
Además de la reforma fiscal, la fórmula para lograr mayor crecimiento debe contener una estrategia integral para aprovechar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá, lo que incluye una buena relación con el país vecino y las empresas americanas que integran la cadena de producción.
El especialista comentó que también es necesario invertir y mejorar en infraestructura, presentar un plan energético viable y aprovechar los recursos que se van a obtener de la eventual aprobación de la reforma de pensiones.
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Algunos bancos de inversión estiman que México va a perder el grado de inversión, igual que Pemex, en 2021 0 2020, debido a la persistente debilidad en los ingresos y el bajo crecimiento.
Por: Fernando Franco
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