La pandemia del coronavirus representa el mayor desafío que ha experimentado el sistema financiero global desde la crisis de 2008-2009.
Así lo reconoció el Consejo de Estabilidad del Sistema Financiero (CESF) en la actualización de su balance de riesgos.
“Esta pandemia constituye un choque macroeconómico mundial sin precedentes, que ha encaminado a la economía mundial a una situación de recesión, cuya magnitud y duración son aún inciertas”.
Ante ese panorama, el desafío que tiene México es mantener un flujo de financiamiento adecuado ante la disminución del crecimiento y el aumento en los riesgos, reconoció.
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“En México, si bien los riesgos para el sistema financiero asociados a las tensiones comerciales disminuyeron ante la ratificación del T-MEC, la rápida propagación del COVID-19 alrededor del mundo y el severo impacto sobre las perspectivas de crecimiento a nivel global y nacional, han aumentado los riesgos de una marcada desaceleración económica”.
Sin embargo, aseguró que el sistema financiero mexicano mantiene una posición de capital y liquidez sólida para enfrentar un entorno de debilidad económica y sostener el financiamiento a empresas y hogares.
“La solidez con la que cuenta el sistema financiero será clave para hacer frente a estos choques, contribuyendo a un ajuste más ordenado de los mercados financieros nacionales y de la economía en su conjunto”.
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Durante la sesión que tuvo ayer el CESF, la cual fue presidida por el secretario de Hacienda, Arturo Herrera, y que contó con la participación del gobernador de Banxico, Alejandro Díaz de León, el Consejo señaló que ante la revisión a la baja en las perspectivas de crecimiento se registra una alta volatilidad en los mercados nacionales e internacionales.
“Adicionalmente, la falta de acuerdo entre los principales productores de crudo propició caídas pronunciadas en los precios del petróleo. Todo ello se ha traducido en ajustes importantes en los tipos de cambio, las tasas de interés y las primas de riesgo”.
Ante este escenario, se han tomado medidas para mantener el flujo de financiamiento adecuado. Entre esas medidas está la iniciativa de la banca para diferir hasta seis meses los pagos de sus clientes y otras medidas de liquidez que ha emprendido el banco central.
El CESF alertó que, en caso de presentarse un periodo de mayor aversión al riesgo, la elevada volatilidad en los mercados financieros podría exacerbarse y reflejarse en una falta de liquidez, con el riesgo de propiciar movimientos más abruptos en las variables financieras y flujos de salida de capital ante ajustes de portafolio.
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Recordó que S&P redujo la calificación crediticia de riesgo soberano´de México de “BBB+” a “BBB”, “lo anterior, aunado a la abrupta caída en los precios del crudo representan retos para Pemex y el soberano, quienes podrían enfrentar el riesgo de ajustes en la calificación de deuda”.
Por: Fernando Franco
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