Ante la debilidad que registra la economía por los efectos de la pandemia, el crédito al consumo que otorga la banca cayó 4.3 por ciento en promedio anual en los primeros nueve meses del año, informó BBVA México.
Se trata de la primera caída desde la crisis de 2009, cuando, de enero a septiembre, este rubro arrojó una contracción de 17.4 por ciento.
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“La desaceleración de este segmento de crédito a las familias será prolongada y podría profundizarse”, comentó Carlos Serrano, economista en jefe del grupo financiero.
En este rubro está el financiamiento vía plásticos bancarios, préstamos de nómina y personales, así como el crédito para bienes duraderos, como los automóviles.
En el mediano plazo, las perspectivas para la recuperación de la cartera del crédito al consumo van a seguir ligadas al desempeño del empleo. Una mayor pérdida de plazas formales y la resultante disminución en los ingresos de los hogares, van a dar poco margen para incrementar la colocación de este tipo de crédito, además de aumentar el riesgo de impago.
En septiembre, el crédito al consumo cayó 10 por ciento en términos anuales y reales, lo que significó la sexta caída consecutiva.
En videoconferencia de prensa, Mariana Torán, economista principal de BBVA México, comentó que, adicional a la desaceleración del crédito, se espera un aumento en morosidad.
El efecto más fuerte, dijo, se prevé para 2021, una vez que todos los créditos que entraron al programa de diferimiento de pagos se normalicen.
Sin embargo, Serrano, aseguró que la banca está preparada para afrontar este desafío, según las pruebas de estrés que han realizado, aunque reconoció que algunos bancos van a tener más problemas que otros.
Alerta por Pemex
Sobre la petrolera, Serrano comentó que preocupa la situación financiera que tiene, debido al impacto en las finanzas públicas.
Sin embargo, descartó que exista temor de la banca de la exposición que tiene en la empresa del Estado, ya que el gobierno ha demostrado total apoyo en sus operaciones.
Por: Fernando Franco