Los indicadores cíclicos de la economía mexicana dieron señales de un mayor debilitamiento en mayo y sin una recuperación sustancial en el corto plazo.
El indicador coincidente, que busca reflejar el estado general de la actividad económica, se ubicó en 99.22 unidades en mayo, su menor nivel desde agosto de 2010, además de que mostró un descenso constante en los últimos 12 meses. Con respecto a abril cayó 0.09 puntos.
Cuando este indicador está por debajo de las 100 unidades, que es la línea considerada como tendencia de largo plazo, y va decreciendo, se dice que la economía está en la fase recesiva del ciclo. Desde octubre de 2018, la economía se ubica en esta fase.
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Sin embargo, el indicador coincidente se conforma de seis indicadores y no todos están en la misma situación.
El Indicador Global de la Actividad Económica (una aproximación del Producto Interno Bruto), la actividad industrial, los trabajadores asegurados en el IMSS y las importaciones sociales están en etapa recesiva.

El Índice de ingresos por suministro de bienes y servicios al por menor está por debajo de su tendencia de largo plazo, pero mostró una ligera mejoría en el último mes.
La desocupación urbana es la que muestra el mejor desempeño, con un comportamiento por arriba de su tendencia de largo plazo.
Por otra parte, el indicador adelantado, que da una señal de cómo viene la economía en los siguientes meses, está por arriba de su tendencia de largo plazo y mostró un crecimiento de 0.01 puntos con respecto a mayo.
Sin embargo, desde diciembre de 2018 este indicador muestra variaciones marginales, lo que no da señales claras de una recuperación de la economía hacía delante.
Por Fernando Franco
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