México tiene una economía sólida y un sistema financiero solvente que le permitirá enfrentar la incertidumbre frente al proceso electoral de julio próximo y vivir una transición ordenada, independientemente del color del partido que gane la Presidencia, asegura el secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio González Anaya.
En entrevista con El Heraldo de México –que hoy cumple un año en su nueva era–, afirma que el balance económico es positivo, el promedio de crecimiento en los últimos años es de 2.8 por ciento.
El blindaje del país, dice, está en las reformas, la Energética detonó 200 mil millones de dólares en inversión; la de Telecomunicaciones permitió bajas tarifas; la Fiscal redujo la vulnerabilidad presupuestaria; la Financiera permitió mayor inclusión; la Laboral creó 3.5 millones de trabajos, “los resultados son palpables, hay pendientes (…), pero estamos en el camino correcto”.
Desde sus oficinas de Palacio Nacional, el ex director de Pemex y del IMSS platica que su trabajo es mantener la estabilidad macroeconómica y “tener una transición ordenada para la siguiente administración”.
Habla del nuevo aeropuerto, además de su relación con el jefe del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto quien le dio tres “grandes oportunidades profesionales en un sexenio, “eso es inaudito y estoy muy agradecido”.
El funcionario, quien dice ser un “nerd”, por el tiempo que dedica a su formación, también revela su gusto por la cerveza, el chocolate y el vino, así como sus planes una vez que deje la dependencia federal.
—¿La economía mexicana está blindada ante un eventual cambio de partido político?
—Tenemos una economía sólida y un sistema financiero solvente para enfrentar la incertidumbre que es inevitable en este sexto año de gobierno. Nuestro objetivo es tener una transición ordenada como las que se han tenido en 2000, 2006, y 2012, queremos que ésta sea igualita.
La administración entrante tiene que nombrar a un equipo de transición económico oficial y la obligación de la Secretaría es dialogar con el equipo. Vamos a trabajar en un borrador responsable y será responsabilidad de la siguiente administración hacer los cambios.
—¿Cuál es el balance de la economía mexicana?
—Es positivo. El país ha enfrentado vientos en contra: se cayó el precio del petróleo, hubo una desaceleración en Estados Unidos y los mercados financieros han estado nerviosos con la normalización de la política monetaria americana. Sin embargo, México ha crecido comparativamente más que Chile, Argentina, Brasil y Colombia. —
¿Cuáles son los riesgos económicos?
—Son dos y están claros: el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y las elecciones.
—¿En cuánto cerrará el tipo de cambio ante estos riesgos?
—Es difícil hacer pronósticos. Yo aplico la misma que en Pemex. Me decían: no hables de en cuánto estará el petróleo, porque te vas a equivocar. Hay un estimado oficial del tipo de cambio, que está en el Presupuesto de Egresos (18.40 pesos).
—¿Cómo será el cierre de las finanzas públicas?
—Para este año se va a lograr otro superávit y, por ende, se va reducir la deuda pública dos puntos, con respecto a lo registrado en 2017, que fue de 46.2 por ciento del Producto Interno Bruto.
El funcionario comenta que las finanzas del país soportan el hecho de no recibir los remanentes del Banco de México, debido a que se utilizaban para reducir deuda y no es un tema que estrene al presupuesto.
“Pepe Toño”, como le llaman sus colaboradores más cercanos, es egresado de las carreras de Economía y de Ingeniería Mecánica por el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT). Quienes lo conocen aseguran que “es bueno para los números”, pasó más de 20 años fuera de México formándose, y es un amante de su tierra Coatzacoalcos, Veracruz, región a la que hace varios meses no viaja, por motivos de trabajo, “no he tenido la suerte de visitar la tierra prometida, pero pronto iré”.
Su regreso al país se vio marcado por el orden financiero que puso en el IMSS y Petróleos Mexicanos. Él dice que cuando ocupó la Coordinación con Entidades Federativas de la Secretaría de Hacienda “no era tan popular” con los gobernadores, sin embargo, logró colocar los bases para los topes de deuda estatal.
—¿México requiere de una reforma fiscal?
—El país tiene el tiempo suficiente para analizar el impacto de la reforma tributaria estadounidense en la economía real.
Es claro que México no tiene espacio para financiar con deuda un cambio en el marco fiscal. Por otra parte, el presupuesto de 2018 está cerrado y en los cuatro meses de este año ha quedado claro que todos estos temores de que hubiese movimientos de capitales no han existido. Cero, de manera categórica se puede decir.
—¿Qué impacto fiscal tendría cancelar el nuevo aeropuerto?
—Es un proyecto innovador y es innegable la necesidad de su existencia. Hay pocos aeropuertos de éstos en el mundo, menos de 15, el de México sería uno. Sería una gran oportunidad, se ha avanzado mucho y la parte financiera está bien armada, aunque hay que estar supervisando el proceso, porque siempre hay sorpresas. Es una obra que el país necesita.
—¿Extraña Pemex?
—La Secretaría de Hacienda es un lugar donde yo pasé 10 años trabajando. Todos los lugares han sido muy especiales y yo estoy muy agradecido con el presidente Peña Nieto, que me haya dado tres experiencias profesionales fantásticas: el IMSS es una gran institución, Pemex es una gran empresa y la Secretaría de Hacienda es una enorme institución, con una enorme responsabilidad, que me recuerda todos los días.
—¿Cuál va a ser su legado?
—Que le echamos ganas todos los días, que fuimos sorteando las cosas que se nos fueron presentando de la mejor manera posible.
—¿El 2 de julio festejará con cerveza, chocolate o vino?
—Las tres. Es importante hacer una buena combinación. Con cerveza mexicana, porque soy parejero.
—Después de ocupar la SHCP, ¿cuáles son sus planes?
—Ser desempleado y buscar trabajo.
https://youtu.be/wcYpxbBMeMI
POR ENGGE CHAVARRÍA Y FERNANDO FRANCO


