Fusión bancaria fortalece al sector

Marcos Ramírez, director general de Grupo Financiero Banorte, se extiende cómodo en un sillón blanco colocado al centro de su oficina en Santa Fe. Se le ve feliz y sobrado en confianza mientras atiende a reporteros. Es uno de los hombres del momento en México. Con la fusión entre Banorte e Interacciones, aún pendiente de ser aprobada por el gobierno mexicano, Marcos Ramírez dirigirá al segundo banco en México por tamaño de cartera. “Siempre crecer es adquirir una nueva responsabilidad por la masa crítica que tienes. Somos un grupo financiero que sí tenemos un reto, pero más que eso, una responsabilidad mayor”, dice sonriente. Cuando Carlos Hank González tomó la presidencia del Grupo en octubre de 2014, los rumores de fusión con el Grupo Financiero Interacciones fueron una reacción natural al hecho de ser hijo del empresario Carlos Hank Rhon, presidente de éste, y de Graciela González Moreno, ex consejera de Banorte e hija de Roberto González Barrera, su fundador. Pasaron casi cuatro años exactos para que esto se cumpliera en octubre de 2017 con el anuncio oficial por parte de ambas instituciones a la BMV, las cuales en conjunto contabilizan activos superiores al billón 500 mil millones de pesos. Según el directivo, Interacciones jugará un rol fundamental para el Grupo al fortalecer el área de crédito a estados y municipios. El sector de financiamiento de infraestructura –dice– era un área en la que Banorte no estaba ocupando el espacio que deseaba. "Para bien y para mal va a haber muchísima competencia y tenemos que correr todos ahí. Por un lado, hay mucha infraestructura que falta en el país, pero por el otro va a estar la competencia muy reñida. Queremos ser los mejores, los que van primero y más rápido", dice. LA PROMESA MÉXICO "Soy un optimista documentado. Las cosas están bien relativamente, pero podrían estar mejor. Es como veo a México. Comparado con otros países, México en términos relativos va aceptablemente bien. Pero sí tiene muchas cosas por delante", dice. Para el banquero la actual coyuntura electoral y de inestabilidad comercial con EU, con cualquiera de sus posibles resoluciones, no pone en riesgo al país. En contraste, la médula de los problemas mexicanos reside en la inacabada aplicación del Estado de Derecho.

El director de Grupo Financiero Interacciones recuerda que la reforma ayudó a que el crédito pasara de 25 a 35% como proporción del PIB

  La primera vez que Carlos Rojo, director general de Interacciones, platicó con El Heraldo de México fue en julio de 2017. En aquella ocasión el banquero especializado en estados y municipios, el del peinado y traje impolutos, rio cuando se le recordaron los rumores de fusión con Grupo Financiero Banorte. Ocho meses después, ya con las cartas sobre la mesa y la fusión a meses de concretarse, Rojo asegura que no existe mejor momento para el segmento de infraestructura. Y en ese juego Interacciones es uno de sus campeones. "Hoy Interacciones es el jugador más relevante en desarrollo de infraestructura social. Nuestra gente desayuna, come y cena pensando cómo financiar gobiernos estatales y como financia su estructura. "Si le sumas a eso la cobertura geográfica que tiene Banorte, el fondeo, el talento y una cantidad de productos que nosotros no ofrecemos nos vamos a convertir en el aliado estratégico más importante de las entidades federativas en este país. Estoy convencido de que vas a ver que dos más dos no suman cuatro, sino seis", dice. El año pasado probó ser uno de los más exitosos para el banco. La cartera de infraestructura de Interacciones creció cerca de 40% y pasó de representar 25% del portafolio a 36%, generando en el proceso utilidades por tres mil mdp. Según la CNBV, dos de cada 10 pesos prestados a estados y municipios corren por cuenta de Interacciones, muy de cerca de los 2.5 que BBVA Bancomer, el banco más grande del país, otorga. Nada mal para un banco que no ha invertido un solo peso para la construcción de una sucursal y ha hecho de los gobiernos subnacionales su principal cliente. Según él, la misma necesidad de crecer como país hará que el sector del financiamiento de infraestructura continúe expandiéndose. ESTABILIDAD, LA CLAVE El banquero recuerda que la Reforma Financiera ayudó a que el crédito pasara de 25 a 35 por ciento como proporción del PIB. Ésta no sólo generó más crédito —explica—, sino que incentivó su abaratamiento con mayor oferta. Para el caso de estados y municipios están contratando créditos 50% más baratos. "Esta administración ha sido muy muy eficiente, han generado más competencia", reconoce. Refiere que la Reforma Financiera, la Energética y las otras nueve reformas aprobadas en los últimos cinco años vinieron "a cambiar la cara del país por muchas generaciones". La tarea por delante para quien aspire a la Presidencia de México –dice– es proveer continuidad sin importar el partido político. POR ERICK RAMÍREZ Y ARTURO ROBLES
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