Competencia propicia mayores beneficios

A espaldas de Eduardo Osuna, director general de BBVA Bancomer, hay un paisaje desértico pintado al óleo sin ningún otro elemento que la soledad de una cordillera afilada. El dramatismo del encuadre queda acentuado por una gran mesa blanca y limpia, la cual separa al banquero por lo menos un par de metros de quienes lo entrevistan. Sin embargo, todo esto contrasta con la situación en la que se encuentra actualmente BBVA Bancomer, el banco más grande de México. https://www.youtube.com/watch?v=vkanRk51plc&t=5s “Bancomer no está solo en el mercado, ni mucho menos. Tenemos competidores en geografías y segmentos súper buenos, súper potentes, y los vemos todos los días en el terreno de juego. Y eso es bueno, porque el tener competidores serios, banqueros serios que saben su negocio, que hacen bien su trabajo, nos retan a nosotros a seguir mejorando”, platicó a El Heraldo de México. Durante los últimos 10 años BBVA Bancomer ha invertido en México tres mil 500 millones de dólares para la renovación de su infraestructura y servicios físicos, la innovación de su banca en línea y para el costeo de sus ciudades corporativas de Polanco, Atizapán y la nueva Torre Bancomer en Paseo de la Reforma. Para que mantenga su ritmo de crecimiento –que en 2017 alcanzó 4.5 por ciento en el volumen de cartera vigente a pesar de ser a la más grande en el país– este banco debe invertir cada año al menos otros 300 millones de dólares en bienes de capital. Cosa a la que está dispuesta a hacer, según Osuna. Para Osuna, la intensa competencia entre bancos y la inversión realizada ha sido posible gracias a más de 10 años de estabilidad macroeconómica, vigilancia gubernamental, reformas estructurales y responsabilidad fiscal. Estos elementos –refirió– son indispensables si es que el país quiere alcanzar todo su potencial, por lo que la banca estará atenta del plan de ruta del nuevo gobierno federal que se estrenará este año. Por su parte, en el caso de que México y EU no puedan acordar un nuevo Tratado, y se regrese a los aranceles acordados ante la OMC, habrán sectores en particular que sí se verán más afectados, como el automotriz. No obstante, los aranceles promedio a pagar bajo las nuevas reglas, aproximadamente de 3 por ciento, son manejables por la economía mexicana. “No quiere decir que no tenga un impacto negativo la ruptura del TLCAN. Lo mejor que nos puede pasar es que haya una modernización”. POR ENGGE CHAVARRÍA
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