El gobierno federal está por entregar otras seis autopistas de cobro a privados.
La constructora ICA, que recién salió de su concurso mercantil, la portuguesa Mota-Engil, las mexicanas Prodemex, Coconal, La Peninsular y Omega Construcciones y otras buscan ser las beneficiarias y reparar, conservar, así como operar primeramente tres autopistas en México.
Se trata del tramo Tampico-Ciudad Victoria, el Campeche-Mérida y el Arriaga-Tapachula, que en suma ascenderán a inversiones por más de siete mil 600 millones de pesos, estimó el gobierno federal en una presentación.
Con estos proyectos, bajo el régimen de la Ley de Asociaciones Público-Privadas (APP), las empresas ganadoras en cada concurso tendrán contratos a 10 años para su operación, en aras de que mejore la calidad de la infraestructura.
Resulta que al cierre de 2017, el 29 por ciento de la red carretera federal no se encontraba en buenas condiciones, revelaron cifras de la misma Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), su peor registro en nueve años.
“Con estos proyectos hay un beneficio compartido, por un lado llega la inversión a la infraestructura que es necesaria para el desarrollo económico, por parte de los privados, a falta de recursos presupuestales, y por otro se mejora la calidad de las carreteras”, comentó a El Heraldo de México Marco Medina, analista de Ve por Más.
MÁS EN PROCESO
Estos tres proyectos de APP carreteros se sumarán a otra tercia que está en proceso de preparación de licitación, los cuales son: Tulum-Cancún, San Luis Potosí-Matehuala y Las Brisas-Los Mochis.
Aunque especialistas han señalado que aún falta mayor promoción de las APP en el país, en el área carretera se tienen ya en operación ocho proyectos de este tipo. En estas tres licitaciones, la SCT recibió las propuestas a sobre cerrado, serán evaluadas las ofertas técnicas y entre el 10 y el 12 de abril próximo serán abiertas las ofertas económicas solventes con la ventaja para quien haya ofertado el pago más bajo.
“En 2018, revertiremos el crecimiento negativo de 1 por ciento que se observó en el sector construcción. A pesar del cierre del sexenio hay inversiones importantes que concluir, los trenes, sistemas carreteros y también la inversión privada como es el nuevo aeropuerto”, expuso Gustavo Arballo, presidente de la Cámara Mexicana de la Industria de la Construcción.
COMPENSA INVERSIÓN PÚBLICA
La inversión privada que realizarán las empresas busca compensar la reducción que ha tenido la ejecución de recursos fiscales en México. "Los últimos años hubo menores ingresos petroleros que afectaron los presupuestos y vimos una menor inversión", comentó Medina.
Según los datos del Quinto Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto y del Programa de Trabajo de la SCT en 2017, la dependencias vio reducido su presupuesto para mantenimiento y conservación al pasar de 32 mil 407 millones de pesos en 2012 a los 15 mil 892 millones de pesos de 2017, es decir 50 por ciento menos.
De hecho la SCT no es la única dependencia que busca compensar inversiones públicas con dinero de los privados, en 2017 hubo 12 proyectos APP cuatro de esos fueron del IMSS y tres del ISSSTE.
Para este año, habrá seis del ISSSTE, cuatro de la Conagua, uno rehabilitación, modernización y mantenimiento fe infraestructura educativa y otro de ampliación y equipamiento del complejo penitenciario en Papantla, Veracruz.
Cabe señalar que la Banca de Desarrollo, paralelo a SCT también ha implementado la contratación de APP para carreteras del Fonadin.
Para lo que resta de 2018 y 2019, los especialistas ven que el modelo perdure, pero más allá coincidieron que no tienen un claro destino.
"Su participación dependerá del nuevo plan nacional de infraestructura que haga el siguiente gobierno", dijo Medina.
Las Asociaciones Público–Privadas (APP) le permiten al Estado tener el beneficio de un proyecto de infraestructura a un costo competitivo, pero pagando esta inversión a lo largo del tiempo y transfiriendo ciertos riesgos que el sector privado, aseguró Pablo Palma, vicepresidente de Macquarie Infrastructure and Real Assets (MIRA).
POR EVERARDO MARTÍNEZ