China finalmente abrirá sus fronteras a la carne vacuna de Estados Unidos mientras que el pollo cocido chino está cerca de alcanzar el mercado estadounidense como parte de un acuerdo comercial entre ambas naciones.
Funcionarios del gobierno del presidente Donald Trump elogiaron el acuerdo y lo describieron como un paso importante en sus esfuerzos para impulsar las exportaciones estadounidenses e incluso reducir el déficit comercial de Estados Unidos con la segunda economía más grande del mundo.
Estados Unidos también permitirá a compañías estadounidenses exportar gas natural licuado a China como parte del acuerdo bilateral alcanzado después de la reunión de abril entre Trump y el presidente chino Xi Jinping.
El acuerdo abarca un número de barreras que han existido muchos años en diversos campos, desde la agricultura, hasta la energía y el funcionamiento de firmas financieras estadounidenses en China.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, describió el acuerdo como un “logro hercúleo” forjado en un tiempo sin precedentes.
“Esto es más de lo que se ha logrado en toda la historia de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China”, declaró Ross a la prensa el jueves en la noche en la Casa Blanca.
“Normalmente los acuerdos comerciales se concretan en muchos años, no en decenas de días”.
Sin embargo, aunque el acuerdo abarca muchas de las barreras comerciales de las que compañías estadounidenses se han quejado desde hace mucho tiempo está por verse qué tanto avanzará China para permitir más exportaciones estadounidenses.
“La clave en estas negociaciones son las especificaciones que son obligatorias, literalmente el diablo está en los detalles”, dijo Scott Mulhauser ex jefe de personal en la embajada de Estados Unidos en Beijing.
“Entre estos acuerdos incluyan más resultados reales y concretos en lugar de tópicos, refritos o apuestas futuras, son mejores. Las empresas estadounidenses, empleados, agricultores y más están ansiosos de tener más acceso al mercado chino y buscarán asegurar que la realidad empate con la retórica de estas promesas”, agregó el ex funcionario.
Anteriores gobiernos estadounidenses han elogiado acuerdos de apertura de mercados sólo para quedar después decepcionados.
Trump convirtió los enormes déficits comerciales del país, y en específico la balanza con China, un tema importante de su campaña y durante los primeros días de su gobierno. Ha dicho que los enormes déficits comerciales de Estados Unidos han costado millones de empleos en fábricas y prometía tomar una postura más firme en las negociaciones comerciales para reducir los desbalances.
El déficit comercial de Estados Unidos con China totalizó 310.000 millones de dólares el año pasado, por mucho el más grande con cualquier otro país. El desbalance con China representó casi 60% del total del déficit comercial estadounidense que fue de 500.600 millones de dólares.
como parte de un acuerdo comercial entre ambas naciones.
Funcionarios del gobierno del presidente Donald Trump elogiaron el acuerdo y lo describieron como un paso importante en sus esfuerzos para impulsar las exportaciones estadounidenses e incluso reducir el déficit comercial de Estados Unidos con la segunda economía más grande del mundo.
Estados Unidos también permitirá a compañías estadounidenses exportar gas natural licuado a China como parte del acuerdo bilateral alcanzado después de la reunión de abril entre Trump y el presidente chino Xi Jinping.
El acuerdo abarca un número de barreras que han existido muchos años en diversos campos, desde la agricultura, hasta la energía y el funcionamiento de firmas financieras estadounidenses en China.
El secretario de Comercio, Wilbur Ross, describió el acuerdo como un “logro hercúleo” forjado en un tiempo sin precedentes.
“Esto es más de lo que se ha logrado en toda la historia de las relaciones comerciales entre Estados Unidos y China”, declaró Ross a la prensa el jueves en la noche en la Casa Blanca.
“Normalmente los acuerdos comerciales se concretan en muchos años, no en decenas de días”.
Sin embargo, aunque el acuerdo abarca muchas de las barreras comerciales de las que compañías estadounidenses se han quejado desde hace mucho tiempo está por verse qué tanto avanzará China para permitir más exportaciones estadounidenses.
“La clave en estas negociaciones son las especificaciones que son obligatorias, literalmente el diablo está en los detalles”, dijo Scott Mulhauser ex jefe de personal en la embajada de Estados Unidos en Beijing.
“Entre estos acuerdos incluyan más resultados reales y concretos en lugar de tópicos, refritos o apuestas futuras, son mejores. Las empresas estadounidenses, empleados, agricultores y más están ansiosos de tener más acceso al mercado chino y buscarán asegurar que la realidad empate con la retórica de estas promesas”, agregó el ex funcionario.
Anteriores gobiernos estadounidenses han elogiado acuerdos de apertura de mercados sólo para quedar después decepcionados.
Trump convirtió los enormes déficits comerciales del país, y en específico la balanza con China, un tema importante de su campaña y durante los primeros días de su gobierno. Ha dicho que los enormes déficits comerciales de Estados Unidos han costado millones de empleos en fábricas y prometía tomar una postura más firme en las negociaciones comerciales para reducir los desbalances.
El déficit comercial de Estados Unidos con China totalizó 310.000 millones de dólares el año pasado, por mucho el más grande con cualquier otro país. El desbalance con China representó casi 60% del total del déficit comercial estadounidense que fue de 500.600 millones de dólares.