Aquel pequeño introvertido e inseguro niño se convirtió en una leyenda, gracias al deporte que salvó su vida: el boxeo. Sugar Ray Leonard confesó un difícil momento en su infancia del que logró sobreponerse con la ayuda de su talento en el ring.
“Muy pocos saben que yo fui violado cuando era pequeño y pude salir adelante de eso, de lo vulnerable que me sentía, gracias al pugilismo.
“El box me dio la oportunidad de sentirme fuerte, yo le di a esta disciplina un gran abrazo, porque me hizo quien soy ahora; gracias al boxeo descubrí que la vida no es lo que te pasa, es lo que tú haces con ella”, compartió un honesto y sensible Leonard, quien fue uno de los invitados especiales en la 59ª Convención del CMB, que se realiza esta semana en la Ciudad de México.
Pero no fue la única adversidad que enfrentó una de las leyendas vivientes del ring.
“Cuando me retiré, en 1982, creo que me perdí en las drogas y el alcohol, pero 16 años después ¡estoy limpio! El boxeo me dio muchísimo: tengo 65 años y no me siento como se debería sentir alguien de mi edad; si no fuera por este gran deporte, no estaría aquí”, agregó el primer hombre del mundo que conquistó cinturones mundiales en cinco diferentes divisiones.
Sin duda, el oponente que más le costó trabajo en su carrera y, también, el que más aprecia es Roberto Durán.
“¡Manos de Piedra me enseño tanto! Con él perdí mi primera pelea profesional y aprendí de esa derrota; no me caía nada bien al principio, pero ahora, de verdad, que lo quiero mucho.
“¿Una pelea de exhibición con él? Es una pregunta seria. Una exhibición es algo para demostrar lo que puedes hacer, pero no se compara con golpes de verdad”, agregó Leonard, quien en esta cita pudo reunirse con su gran enemigo en el ring y su gran amigo en la vida, al que venció dos veces, para reír y compartir los recuerdos y el brillo que uno provocó en el otro.
MAAZ