Entre la oscura adversidad, Mariana Arceo reencontró su fortaleza. La pentatleta, primera seleccionada a Tokio 2020 que padeció coronavirus, se enfrentó a la prueba más dura de su vida, pues el COVID-19 no sólo acababa con los sueños de ser atleta de alto rendimiento, sino consumía día a día su cuerpo y cada respiro parecía el último.
“Por un momento pensé que ya no tendría vida, después pensé que mi vida no sería la misma, porque pasar una neumonía como la que pasé restringe mucho a un deportista de alto rendimiento, pero sigo con esperanzas y ahora además el tiempo suficiente para hacer todo bien y un equipo de trabajo que me ayudará de la mejor manera para salir adelante para cuando sean los Juegos Olímpicos”, comentó Arceo Gutiérrez, quien tras su recuperación creó una fundación para recaudar donativos y conseguir material hospitalario para el personal que trabaja en torno a la salud y a los pacientes que padecen COVID-19.
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Tras el alta médica, Mariana debe pasar 40 días aislada y con asistencia de tanques de oxígeno para recuperarse; 20 días después de la cuarentena podrá iniciar una moderada actividad física y poco a poco retomar el sueño de Tokio 2020.
En sólo dos meses de 2019, Arceo Gutiérrez pasó de la gloria al dolor. En julio se convirtió en la primera mujer mexicana que ganó oro en el pentatlón moderno de los Juegos Panamericanos, en Lima 2019; a inicios de septiembre ganó oro en relevos de la Copa del Mundo de Budapest, Hungría, pero a finales de ese mes sus sueños radiantes se apagaron, pues entró al quirófano para retirarle cálculos renales.
Eso sería el preludio de su historial médico. Mariana se recuperó de la cirugía, inició su preparación y con ella un campamento en el Centro de Alto Rendimiento de Barcelona, España, donde más de diez competidores enfermaron de coronavirus. Arceo se enclaustró en su habitación y transmitía videos en sus redes sociales para crear conciencia ante la gravedad de la pandemia, sin saber que ya era portadora del COVID-19.

No supe escuchar a mi cuerpo. Como atleta de alto rendimiento, lo llevas al límite. Estando allá primero tuve diarrea, después sentí mucho cansancio y luego un muy ligero dolor en la garganta, hasta que un día tosí sangre y pensé que ya no era normal. Me alarmé, me sentía muy débil, pero tomé las medidas de protección y gracias al cielo no contagié a nadie de mi equipo multidisciplinario. Allí aprendí que si te sientes mal, es mejor exagerar y protegerte que poder contagiar a alguien”, reveló la jalisciense.
Silente y agresivo, el COVID-19 le exigió a Mariana enfrentar el pentatlón por su vida. Como en los combates de la esgrima, de ágiles duelos, un acelerado cuadro de fiebre fue el primer ataque del enemigo. El viernes 13 de marzo ingresó al Instituto Nacional de Enfermedades Respiratorias (INER), donde lo confirmaron: tenía neumonía y si antes contenía la respiración para los 200 metros libres de natación, los pulmones de Mariana tocaron los límites de la salud para sobrevivir.

El infortunio estaba de nuevo en su puerta. Como si en el sorteo para contender la prueba ecuestre le tocara el caballo más necio y combativo, la también amazona tuvo el temple para dominar a la bestia y, como en la prueba final de tiro-carrera, con celeridad y destreza respondió al tratamiento y derribó a su oponente. [nota_relacionada id=954164]
“Fue muy fuerte para mi saber que tenía una enfermedad que se desconoce a nivel mundial, eso te da vueltas la cabeza; que los estudios que te acaban de realizar muestran que está consumiendo parte de tu cuerpo es algo que no quiero que nadie más lo pase”, compartió la mexicana de 25 años de edad.
El proceso no fue nada fácil, pues “estuve muy cerca de que me entubaran, y eso te genera mucha ansiedad, porque no sabes qué pasa a tu alrededor; además estaba aislada, sin mi familia y no conoces si los vas a abrazar otra vez”, añadió.
La resistencia de su cuerpo y la fortaleza de su mente fueron la base que venció a la enfermedad y ganó una batalla más valiosa que la del oro continental: el combate por salvar una vida radiante y llena de sueños, entre ellos, tocar el Olimpo.
Entrenar va a ser lo mejor que me va a pasar. Voy a dar mi 100 por ciento ya estoy en final directa y voy a dejar cuerpo y alma, disfrutaré mucho competir en Tokio 2020, en especial porque esta parte de mi vida me hizo valorar muchísimo tanto la vida personal y la vida deportiva”, expresó la pentatleta, que se levanta en el podio de los vencedores a esta pandemia.

Para Arceo, el coronavirus pone a prueba a la humanidad para que aprenda a valorar cosas que se ven tan simples como caminar por las calles sin miedo a contagiarse de una enfermedad que puede ser mortal, que de no tratarse a tiempo puede generar angustia e incertidumbre, incluso en una joven atleta como ella, porque este virus no discrimina.“En estos momentos complicados es cuando las personas aprenden a valorar elementos que pasan desapercibidos”, aseguró la atleta mexicana. [nota_relacionada id=935441]
Por Katya López Cedillo & Ender Marcano
eadp
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