El riesgo por la propagación del COVID-19 llevó a los clubes de la Liga MX a suspender una de sus formas de preparación más necesarias: los entrenamientos. Este parón total del torneo femenil y varonil, aunado al resto de competencias en el mundo, marcó un precedente en la historia y llevó la comunicación hacia otro camino: el de las videosesiones de trabajo.
En América, con el plantel en casa y conectado en grupos de WhatsApp, el preparador físico del club, Giber Becerra, ha dispuesto un plan de mantenimiento físico en donde encabeza las activaciones a través de videollamadas. La carga puede variar conforme pasan los días, pero permite que el técnico Miguel Herrera cuente con un equipo en movimiento.
“Estamos en casa, tomando las cosas con tranquilidad. Lo más importante es la salud de todos, no hay necesidad de correr ningún riesgo. Como dicen: es tiempo de hacer home office, ya después podremos regresar a la cancha”, señaló El Piojo.
Las videosesiones contemplan ejercicios de movilidad guiada, intervalos, el uso de bicicleta fija, caminadora, bandas de resistencia y pesas. Su tiempo de duración va de los 75 a los 90 minutos, con un chat abierto para que los jugadores expongan sus dudas a lo largo del trabajo.
Misma situación, pero de forma individual, pasa con los futbolistas del Cruz Azul, quienes para estos días de contingencia recibieron un programa de mantenimiento físico con tres pautas básicas: alimentación, hidratación y descanso.
Tanto las Águilas como los celestes recibieron kits con materiales para cumplir las rutinas. Asimismo, los Pumas trabajan con pesas, mancuernas y ejercicios con pelota para seguir en forma.
El acondicionamiento también es parte de la Liga MX Femenil. Clubes como Tigres, a través de su técnico Roberto Medina, monitorean la actividad en sesiones virtuales, en donde las futbolistas incluso se valen de garrafones con agua para cumplir con la rutina y no perder el ritmo.
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Por Alberto Aceves
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