En el marco de los 150 años del nacimiento del hierro ganadero de Piedras Negras –en realidad son 146, porque se fundó en 1874–, ayer a un toro de esta cabaña se le perdonó la vida por primera vez en la Plaza México, en 73 años del mítico inmueble.
El burel Siglo y Medio, número 23 con 511 kilogramos, lidiado en sexto lugar, se le indultó, tras una faena del también tlaxcalteca Gerardo Rivera, que no estuvo a la altura deseada. Y el juez de plaza Jorge Ramos se unió a la fiesta adelantada de los Reyes Magos.
El toro fue muy bravo, especialmente por el lado derecho. Entonces la petición del público, al principio fue unánime, y después ya no supe qué hacer la verdad. No sé si no apreciaron las cualidades del burel”, dijo Ramos, en exclusiva para El Heraldo de México. “Le faltó (bravura) por el (pitón) izquierdo, tenía muchas cualidades este animal”, añadió la autoridad, quien indultó al toro 34 en la historia del coso capitalino, y el segundo en festejos consecutivos, pues el domingo pasado el caballista mexicano Emiliano Gamero lo hizo con Gaspar, de Vistahermosa.
Gerardo Rivera salió en hombros en medio de una marcada división de opiniones. Él alternó con José Luis Angelino, quien no pudo redondear su primer faena. Y El Chihuahua mostró voluntad ante un lote infumable.
APUNTE TAURINO / POR HERIBERTO MURRIETA
Resultó exagerado el indulto del toro Siglo y Medio de la ganadería de Piedras Negras. La clara predisposición del público a favor de esta legendaria vacada influyó en la decisión del juez Jorge Ramos. El cárdeno fue ciertamente bravo, tuvo motor y brindó una importante cantidad de embestidas. Sin embargo, le faltó ser más completo para haber merecido el perdón de su vida de manera convincente.
La faena de Gerardo Rivera fue movida, en comparación con su reposado toreo de capote. El Chihuahua se estrelló con un lote imposible, mientras que la mejor faena fue ejecutada por José Luis Angelino con el cuarto, noble y obediente, al que sin embargo, le faltaba un punto de transmisión.
POR HÉCTOR JUÁREZ CEDILLO
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