Uno de los momentos más emotivos durante el inicio del retiro de Kobe Bryant se vivió en el año 2016, cuando el sitio The Players' Tribune publicó una emotiva carta donde le daba consejos a su 'yo' de 17 años, un joven que recién iba a iniciar su camino en la NBA con Los Ángeles Lakers.
En la carta, Kobe Bryant se dirigió hacia ese joven que recién iniciaba su camino, donde le pidió que fuera muy inteligente durante las decisiones más importantes de su vida, en las que estarían involucrados su familia y sus amigos.
Kobe le explicó a su 'yo' joven que necesitaba tener la cabeza clara para saber cuánto dinero era el que se le tenía que dar a la familia y así ayudarlos a su crecimiento profesional, pero no hacerlos codependientes.
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El consejo más fuerte de Kobe Bryant
Y es precisamente el tema familiar el que más destacó Kobe Bryant con una frase que dejó cimbrados a todos.
"Deja que tus padres sean tus padres y no tus mánagers", fue parte de lo más importante que confesó Bryant en la carta.
Esta fue la carta
“Querido yo de 17 años. Cuando mañana tu sueño en los Lakers se haga realidad, necesitas descubrir una forma de invertir en tu familia y amigos. Suena simple y quizás pienses que es algo obvio, pero te llevará tiempo entenderlo. Dije invertir. No dije dar. Deja que me explique.
Dar cosas materiales a familia y amigos quizás parezca la decisión correcta. Les quieres y siempre estuvieron ahí mientras crecías, así que está bien que ellos compartan tu éxito y todo lo que viene de él. Así que les compras un coche, una casa, pagas sus facturas. Quieres que tengan una bonita y cómoda vida, ¿verdad? Pero llegará el día en el que te des cuenta de que por mucho que creyeses que estabas haciendo lo correcto, en realidad les estás sosteniendo.
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Entenderás que cuidabas así de ellos porque eso te hacía feliz a ti, verles sonreír te hizo feliz a ti, sin ningún otro cuidado y eso fue extremadamente egoísta por tu parte. Mientras tú te sentías satisfecho contigo mismo, lentamente devorabas sus propios sueños y ambiciones. Estabas añadiendo cosas materiales a sus vidas pero al mismo tiempo te llevabas lo más valioso de todo: la independencia y el crecimiento. Entiende que te vas a convertir en el líder de la familia y eso conlleva también tomar decisiones difíciles, incluso si tu familia y amigos no las entienden en ese momento.
Invierte en su futuro, no se lo des. Usa tu éxito, tu riqueza e influencia para ponerles en la mejor situación posible para lograr sus propios sueños y que encuentren sus verdaderos propósitos. A través de la escuela, de preparar entrevistas de trabajo y ayudarles a convertirse en líderes por su propio derecho. Llévales a tener el mismo nivel de trabajo duro y dedicación que te llevó a ti estar donde estás ahora. Y donde más tarde llegarás.
Te estoy escribiendo ahora para que comiences el proceso inmediatamente y así no tengas que lidiar con el dolor y los problemas generados de hacerlos dependientes de lo que tú diste. Esa adicción sólo conduce a la ira, el resentimiento y los celos de todos los involucrados, incluyéndote a ti mismo. A medida que el tiempo pase, verás cómo ellos crecen de forma independiente y tienen sus propias ambiciones en sus propias vidas. Y como resultado tu relación con ellos será mucho mejor. Hay mucho más que te escribiría pero con diecisiete años sé que no tienes la capacidad de atención suficiente como para hacerlo a través de 2000 palabras.
La próxima vez que te escriba quizás sea sobre el desafío de mezclar la sangre con el negocio. El consejo más importante que puedo darte es que te asegures de que tus padres sigan siendo tus padres y no tus managers. Antes de firmar ese primer contrato, descubre cuál es la cantidad adecuada para tus padres, una que les permita vivir bien mientras desarrollan sus negocios y sientan las bases para el éxito a largo plazo. De ese modo, los hijos de tus hijos y después sus hijos serán capaces de invertir en sus propios futuros cuando llegue el momento.
Tu vida está a punto de cambiar y las cosas van a ir muy rápido. Pero ten esto presente cuando te tumbes una noche tras otra después de nueve horas de entrenamiento. Créeme, definir las cosas desde el principio evitará muchísimas lágrimas y penas, algunas de las cuales permanecen hasta este día. Con mucho amor, Kobe”.
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Por: Redacción El Heraldo de México
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