En algún tiempo, la oportunidad de debutar en Primera División llegó también para Alfredo Saldívar. Como suplente de Sergio Bernal, El Pollo entró de cambio en un partido ante el Monterrey, en la fecha cuatro del Apertura 2010. Después de tres años en el club, el portero recibió la confianza del técnico Memo Vázquez y terminó los último 40 minutos, con Bernal lesionado. Aquella noche, en el Estadio Tecnológico, le dejó un par de secretos: paciencia y trabajo, los dos valores más importantes para un joven de la cantera.
Por eso, Saldívar cumple hoy la tarea que otros desempeñaron. Con 29 años, no sólo es el capitán de Pumas; también, el referente de jóvenes como Marco García, quien debutó profesionalmente con un gol en el partido ante el Pachuca. Tras el primer triunfo (2-1), y justo cuando los reporteros buscaban una declaración del zurdito, El Pollo evitó que el canterano detuviera su paso ante las cámaras de televisión. La misma tarea la llevó a cabo en los vestidores, donde la principal indicación fue guardar silencio y mesura.
“Mesura y tranquilidad, eso debemos tener. Es la fecha uno, todavía falta mucho en el torneo. La idea de Míchel es muy clara: que Pumas retome eso que era en las fuerzas básicas. El mejor ejemplo son los jugadores que entraron y debutaron. Alguna vez, me tocó a mí también, el estar listo cuando llegó la oportunidad. Uno como hombre de experiencia habla con ellos. Tenemos que trabajar y nada más”, afirma, y toma con cierta gracia el paso del tiempo.
Hoy, el portero de Pumas es Saldívar. Atrás quedaron los ciclos de Alejandro El Pikolín Palacios y Sergio Bernal. La capitanía es suya, también, tras el paso de hombres como Darío Verón, Gerardo Alcoba y Alejandro Arribas. Eso El Pollo lo sabe. De ahí que los más jóvenes lo sigan y respeten su palabra. De esperar varios años en la banca, aprendiendo de los grandes, el hombre de la barba de chivo y las uñas pintadas de negro juego un nuevo rol para el resurgimiento de la cantera.
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Por: Alberto Aceves
hgm