Alexia Delgado busca frentes abiertos: lugares, puntos de encuentro, países en los que su futbol pueda cruzar las grandes fronteras. En México, el reto de llegar al América saldó la deuda de ser jugadora profesional. Fueron 19 partidos, tres goles y el orgullo de formar parte del surgimiento de la Liga MX Femenil, en una histórica primera campaña. La falta de apoyos, sin embargo, fue su límite. Porque de ser seleccionada nacional Sub 17, luego Sub 20, y de iniciar su carrera en un Centro de Formación, de Guadalajara, Alexia prefirió seguir en Estados Unidos.
Eran tiempos distintos a los de ahora. Desde la estructura, los salarios y el respaldo deportivo, hasta la estabilidad emocional de los planteles de la Liga. En la Arizona State University, el nombre de Alexia fue marcado como un proyecto a futuro. Para ella, en cambio, se trató de un comienzo. Becada al cien por ciento, la nayarita removió sus principios de un estado de confort y sumó rodaje en la élite del mundo colegial. No hubo, desde entonces, otra necesidad más que jugar.
“Tal vez faltaron recursos. El aspecto económico es importante, porque la pasión y el amor que uno tiene por el deporte no dura toda la vida, sin los sueldos que queremos. Tendríamos que ejercer a una segunda opción, a nivel profesional. Me gustaría que el futbol mexicano, y el futbol femenil en general, buscaran la igualdad y, así como los hombres viven del futbol, nosotras también podamos vivir de esto. En Estados Unidos, la situación es un poco mejor en ciertos aspectos. El apoyo y los recursos, siendo yo colegial, son muchísimos. Eso debería fomentarse aquí”, explica, en entrevista con El Heraldo de México.
Allá, en Arizona, la conquista no la confunde. En poco más de un año, la mexicana hizo suyo el medio campo de las Sun Devils, el equipo femenil de Arizona State, y siguió su camino en la parte académica, estudiando Negocios del Deporte. Eso, además de un segundo curso para ser preparadora física o entrenadora profesional. Todo en una parte del mundo donde los viejos paradigmas no existen.
“Tenemos un pensamiento arraigado: ‘es que los mexicanos no pueden lograr nada’, ‘es que los mexicanos son unos mediocres’. Ha estado ese paradigma durante mucho tiempo en nuestra cabeza. Y, si no podemos hacer algo, ya estamos con que ‘no podemos’, ‘somos mexicanos’, o cosas así. O, inclusive, si te vas a Estados Unidos o ves una potencia de las que ahora hay en Mundiales Femeniles o Varoniles, nos achicamos. Y decimos: ‘es que ellos son potencia y nosotros no’. La parte mental juega todo. Es parte fundamental del juego, pero también de la vida”, agrega.
A más de dos mil kilómetros de distancia, los llamados a la Selección Mexicana, el siguiente Mundial Sub 23 y los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 marcan los pensamientos de Alexia, en la parte Norte de América. Con un agregado más: volver, en el futuro, a la Liga MX Femenil o probar suerte en Europa, en equipos que robaron sus sueños desde pequeña.
“El venir a Estados Unidos fue pensando también en la Selección Mexicana. Cuando yo quise representar a mi país, por primera vez, tenía unos nueve o 10 años. Y desde ahí empecé a forjarme metas a corto y mediano plazo. Al ser la Liga Femenil algo nuevo en nuestro país, no podíamos llegar e imponer nuestras condiciones. Es un producto nuevo, que se está exponiendo a la sociedad. Hay cosas que pudieron ser mejores antes, cuando yo estuve, pero es un proceso. El deseo de regresar está ahí, pero depende de los próximos cuatro años”, concluye.
En ese contexto, tomar distancia se volvió imprescindible. Hoy, las noticias que llegan de Alexia desde Estados Unidos hablan de su experiencia como jugadora internacional y de un pasado que viste los colores del América. Con 19 años, el futbol sigue siendo para ella la mejor filosofía. Una puerta que abre las grandes fronteras.
Por Alberto Aceves
lhp