Tras una semana de convivencia, el telón cayó para los XIV Juegos Macabeos Panamericanos CDMX. El Centro Deportivo Israelita vio el ocaso de la justa que reunió a 22 países para competir en 24 disciplinas en un evento donde el medallero no fue tan valioso como la victoria comunitaria.
“Es un evento extraordinario, que nos vincula en fraternidad a todos, más allá de vencedores o perdedores; además, la CDMX gana desde el aspecto turístico y el que haya representaciones de otros 21 países que regresan a sus casas satisfechos es algo que detonará más turismo a la ciudad. Tan sólo en hotelería, en esta semana de los Juegos usamos 35 mil camas de hotel en la CDMX, que dejan una importante aportación al turismo de la Ciudad”, expresó Benjamín Speckman, presidente del comité organizador.
Mil 400 voluntarios se sumaron hace más de tres años para recibir a los más de 3 mil 800 competidores y sus acompañantes. “Si tuviéramos que calcular el trabajo voluntario y ponerlo en horas pagadas, no habría dinero que alcance, la verdad ese es un plus de la comunidad judía: todos apoyan, se comprometen y dan un poco de sí”, agregó.
Este domingo se clausuró la justa con una fiesta, sin distinción de banderas ni nacionalidades. Todos, unidos en una sola fraternidad, en el CDI que renovó sus instalaciones en especial para esta fiesta deportiva.
POR KATYA LÓPEZ
Un triunfo para todos
Los atletas, organizadores, voluntarios y la CDMX ganaron con el evento