“Imagina que en Cancún estalla una bomba. Y que tú y yo somos los únicos que podemos llegar a Isla Mujeres, porque, en nuestro barco, ya no alcanzamos lugar. Nademos juntos hasta el otro lado, el mar tendrá la última palabra”.
Sin embargo, la metáfora de Patricia Guerra sigue dando vueltas en la mente de Marcos Velázquez, el hombre que, después de perder la vista a los 14 años, cruzará con ella el mar de Cortés, de Balandra a Costa Baja. Serán 14.77 kilómetros en línea recta, el próximo 26 de julio.
En medio de ellos, y las olas, un arnés de metro y medio los llevará al objetivo. El ritmo lo marcará Marcos, con Paty a su izquierda. A ciegas, Marcos se convirtió en corredor, ciclista y también triatleta, desde hace 32 años. Un golpe en la frente, por accidente y lejos de casa, provocó el desprendimiento de retina.“Cuando llegué al hospital, el doctor me dijo que mi retina era como una hoja de papel, que habían arrancado de un cuaderno y partido en pedacitos. No se pudo hacer nada. Es horrible que haya tenido que perder la vista para valorar mi vida, pero ya no la quiero cambiar”, confesó Marcos, en entrevista.
Después de cruzar el canal de la Mancha (45 kilómetros, en 13:24 horas), en julio de 2004, y de hacerlo luego con Marcos en un cruce de Cancún a Islas Mujeres, las aguas esperan por ella en esta nueva travesía.
Por medio de Nora Toledano, su entrenadora, Paty se puso en contacto con Marcos y lo convenció de la causa. La idea es recaudar 50 pesos por brazada. “No sabía nadar, hasta hace poco. Y ahora voy hablando, escuchándola, percibiendo sus sonidos cuando estoy adentro. Esa música que es increíble. Voy a ver a través de Paty. Y en mi mente estarán Andrea, mi esposa, y Lihu, mi hijo”, concluyó Marcos.
Por ALBERTO ACEVES
