PARÍS. “Es un gran partido, con repercusión mundial, que va a dar todavía más visibilidad al futbol femenino”, se alegró ayer la seleccionadora de Estados Unidos, Jill Ellis, en vísperas del duelo de hoy en cuartos de final contra el anfitrión Francia.
El partido más atractivo de esta fase llega en un momento un tanto convulso, tras la polémica entre Donald Trump, presidente de EU, y la capitana del cuadro de las barras y las estrellas, Megan Rapinoe, quien reiteró ayer que no irá a la Casa Blanca, en caso de que se mantenga la invitación del mandatario al equipo.
“Mantengo mis declaraciones sobre no ir a la Casa Blanca”, declaró la atacante, en la conferencia previa al duelo de este viernes.
Por AFP
Juego de alto calibre
las anfitrionas galas se miden a las campeonas estadounidenses