Desde hace un tiempo, Cruz Azul es un equipo sin alma. Perdió el hilo conductor de su juego, de sus ideas, y se ha convertido en una presa fácil para sus rivales. Anoche, en un desolado Estadio Azteca, La Máquina cayó ante Alebrijes de Oaxaca y, siendo el vigente campeón de la competencia, fue eliminado en la fase de grupos de la Copa MX.
Los últimos dos meses han resultado un dolor de cabeza para Pedro Caixinha. No sólo por las lesiones de varios de sus jugadores titulares; también, porque su ataque no tiene gol y no sale de la irregularidad de resultados, tanto en la Liga como en la Copa.
De no ser por su falta de puntería, los de Oaxaca pudieron llevarse un resultado más holgado. Fallaron justo en el momento que más titubeos parecía tener Guillermo Allison, fuertemente cuestionado por los pocos aficionados presentes en El Coloso de Santa Úrsula.
A los 67 minutos, Renato Román definió el encuentro con un zurdazo. Y, así, consumó también la eliminación del actual monarca copero, que, bajo las órdenes de Pedro Caixinha y Ricardo Peláez, sumó un nuevo fracaso y reflejó la crisis en la que vive, dado que por más que ingresaron hombres a la ofensiva, no pudieron vulnerar la meta oaxaqueña.
Por ALBERTO ACEVES