Cruz Azul es una sala de urgencias, un hospital en el que cinco de sus jugadores del primer equipo están descartados para los próximos juegos de Liga.
Dos de ellos, incluso, no podrán volver hasta el siguiente torneo, por la gravedad de sus lesiones: el primero en conocerse fue Jordan Silva, con una rotura de ligamento y fractura en la tibia. Al poco tiempo se sumó el portugués Stephen Eustáquio, también con una rotura de ligamento cruzado en la rodilla izquierda.
Mientras la recuperación de Silva se estima para dentro de cuatro meses, la de Eustáquio está programada para el doble de tiempo.
El resto de pacientes lo conforman Pablo Aguilar, con una lesión en el muslo (de dos a tres semanas de recuperación), Adrián Aldrete, afectado del ligamento colateral, y el español Édgar Méndez, que presenta molestias en el recto femoral (de tres a cuatro semanas).
Con la decisión de no reforzar al plantel, La Máquina apostará a cubrir sus ausencias con la banca.
Por ALBERTO ACEVES