Hay ciclos esféricos en el mundo del futbol. Tras cientos de episodios sobre la cancha, Rafael Márquez, Juan Pablo Rodríguez y Carlos Adrián Morales cerraron hace poco su carrera activa. Se suman Christian Giménez y Moisés Muñoz llenos de blasones.
Llegaron a la última parte de sus carreras, para abrirle paso a las nuevas generaciones.
Destacan dos casos: el de El Chato Rodríguez, que retirado de Monarcas se integró al cuerpo técnico de Santos Laguna, al lado de Salvador Reyes Jr.; y de El Chaco Giménez, cuya oportunidad de dirigir a la categoría Sub 17 o Sub 20 de Cruz Azul se le presentó en diciembre pasado, con Pedro Caixinha, antes de seguir seis meses con el Pachuca.
“Hice el curso como entrenador, pero me gusta mucho la parte dirigencial también. Entre ambos estará mi futuro”, dijo El Chaco, aún jugador de los Tuzos.
Al frente de la dirección deportiva del Atlas, llegó Márquez. El Káiser, multicampeón con el Barcelona y referente de la entidad rojinegra, relevó en el cargo al uruguayo Fabricio Bassa.
Los resultados, sin embargo, no favorecen el nuevo ciclo de Márquez, que tiene a su equipo en el último lugar de la competencia, sin triunfos ni goles en siete fechas. En contraste, en su labor como auxiliar de Santos, Juan Pablo Rodríguez acompaña al técnico Chava Reyes en el tercer lugar y la condición de vigente campeón del balompié mexicano.
“Después de vivir 21 años con una misma rutina, fue difícil asimilar el retiro. Me preparé para ser entrenador”, dijo El Chato.
En tiempo de espera sigue el futuro de Moisés Muñoz y Carlos Adrián Morales, cuyos planes, por ahora, tienen que ver con sus familias. No obstante, en pocos meses, dos jugadores más podrían sumarse a la lista de ciclos cerrados: Óscar Pérez, de 45 años; y Carlos Salcido, de 38. De los dos, el único con fecha segura es El Conejo: “Le vamos a dar otra temporada. Se quedará aquí, de diciembre a mayo (de 2019)”, informó Jesús Martínez, presidente tuzo sobre Pérez.
El futuro de Salcido se definirá después del Mundial de Clubes.
Unos llegan y los veteranos ceden la estafeta.
Por ALBERTO ACEVES