Queman el talento

Descubrir un talento deportivo ilusiona, pero la ansiedad de entrenadores, padres y autoridades por ver el fulgor de una futura leyenda hacen que el niño atleta no brille como adulto.

 

En 2003 Moroni Rubio fue el velocista más destacado de México. Según estadísticas, corría más rápido que Carl Lewis –al compararlos a los 15 años de edad– y poseía el récord centroamericano y del caribe de 100m en su categoría (10.47s).

De la misma edad que Usain Bolt, el yucateco fue Campeón Juvenil Centroamericano y del Caribe, cuando el mundo aún no conocía al hoy famoso jamaiquino y pese a las promisorias cifras, Moroni se sumió en el retiro por una lesión en el tendón de Aquiles.

 

Mi talento era muy notorio desde muy joven y aunque no considero que haya tenido una sobre carga de entrenamiento creo que si la tuve en cuanto a competencias y de otras actividades; sumando esto con entrenamientos diarios, las expectativas que tenían otros de mi y yo mismo la carga emocional y física que tenía en esos momentos, era tremenda; yo disfrutaba y amaba practicar mi deporte y tener metas elevadas (...) estaba en pleno despegue cuando pasó lo de mi ruptura de tendón de Aquiles todavía no se había visto lo mejor de mi. Pero sí creo que tenía mucha carga de muchas cosas en mi vida y creo que el atleta infantil-juvenil con alto potencial, se le debe permitir ser eso un niño y no ponerle tanta presión, sin dejar a un lado la disciplina”, explica hoy el ex velocista.

 

El tijuanense Eumir Quintero ganó 40 medallas en la Olimpiada Nacional Infantil y Juvenil y rompió 26 marcas mexicanas. En 2014 se retiró de las competencias, sin representar a México en eventos de ciclo olímpico.

 

“A veces quienes se involucran en el desarrollo de un deportista olvidan que antes de deportistas, son niños y que tienen que vivir una vida integral. Lo que más tenía yo era mucha actitud competitiva, pero estaba consciente de que yo no soy Michael Phelps, sabía que tenía un límite; mis papás nunca me presionaron y aunque otras personas si tenían otras expectativas, yo conocía mi realidad y muchos otros compañeros no, se aferraron a esa presión y terminaron con frustración”, agrega Quintero Castañeda, quien estudió Derecho.

 

La Olimpiada Nacional, con más de 25 años de existencia, retuerce el concepto de desarrollar el deporte de México. La competencia se convierte en una lucha entre las entidades del país, por la cosecha de podios y no un semillero de talentos que a largo plazo compitan por México.

 

Según estadísticas del atletismo mexicano, menos del 12 por ciento de los que iniciaron en categorías infantiles de la Olimpiada Nacional, se mantiene en la competencia hasta la edad de 22 años. Uno de esos casos aislados es el lanzador de martillo Diego del Real, un talento descubierto y desarrollado con paciencia por el entrenador Alejandro Laverdesque.  

“Desde que conocí a Diego supe que tendría un nivel inigualable, pero había que llevarlo progresivamente, poco a poco y no sólo se trató de sus cualidades físicas, sino especialmente ha sido su mentalidad y su disciplina”, explica el técnico, quien llevo a Del Real a ser el primer latinoamericano que llega al 4º lugar olímpico en esta prueba (Río 2016).  

Sin embargo, son más los atletas que encuentran lesiones, frustración, sobrecarga muscular y hartazgo, antes del éxito.

“En el caso de los atletas, el cuerpo tiene tres edades: la cronológica: que marca la fecha de nacimiento, la biológica: determinada por la calidad de vida; y la deportiva que se define por la carga de trabajo físico en el cuerpo; a veces, por alcanzar mejores resultados, se sobrecargan los músculos de deportistas muy jóvenes y aunque en el momento ganan, después se lesionan”, explica el entrenador de atletismo Fabricio Chamor.

Un deportista que como infantil consigue marcas excepcionales se convierte en un foco de expectativas de largo plazo; en un niño que no disfruta ser niño, ni disfruta ser atleta.

 

LAS FRASES

 

“La iniciación temprana no es mala, lo que podemos mejorar es el enfoque. Si empezamos a motivar a los niños a que se diviertan cuando hacen deporte, en vez de presionarlos para que ganen, lo van a disfrutar mucho más, van a venir con más ganas a entrenar, van a irse enamorando poco a poco del deporte”, Fabricio Chamor,  Entrenador de atletismo  

“Para un niño puede ser muy estresante que lo presionen a ganar y no disfruta ya de competir, no se divierte. A veces los papás o los entrenadores quieren que sus hijos ganen sin pensar antes en que lo importante es crecer y desarrollar más habilidades y más aprendizaje que sólo ganar o perder”, Eumir Quintero, exnadador

 

 

“En resumen si hay un atleta infantil o juvenil con mucho talento hay que llevarlo casi de manera natural y cuidarlo mucho”, Moroni Rubio, exvelocista

 

UN REMEDIO

 

En contraparte al sistema deportivo de la Olimpiada Nacional, existen programas como Kids Athletics, que convoca a niños desde los 5 años de edad a formar parte de un equipo que juega a hacer distintas disciplinas atléticas, sin establecer ganadores o perdedores, durante la iniciación. “La parte importante aquí no es demostrar quien puede ganar y quien es el perdedor, sino desarrollar la psicomotricidad, la solidaridad, el apoyo mutuo y la seguridad en sí mismos; es momento de que conozcan y les guste el deporte, no de presionarlos”, comenta Fabricio Chamor, quien en su escuela de atletismo dirige este programa, en Villa Olímpica, al sur de la CDMX.

 

EL DATO

 

Botello, la nueva excepción  

Con sólo 15 años de edad, Natalia Botello, es la nueva figura de la esgrima mexicana: posee cinco medallas mundiales y ganó el Premio Nacional de Deportes 2017. Este año competirá en los Olímpicos Juveniles de Buenos Aires 2018 y su meta es debutar en unos Olímpicos de adultos; como medallista mundial, ya acapara expectativas de subir al podio en la magna justa veraniega.  

 POR KATYA LÓPEZ 

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