En Emiratos Árabes Unidos, Diego Armando Maradona tiene problemas con el tiempo. Vivió el suyo de la forma más extraordinaria posible, pero el futuro no existe para él. Está condenado a vivir en la memoria de todos. Mientras los padres hacen cosas por sus hijos, del mismo modo que pagan un alquiler, los niños hacen cosas por Maradona. Quieren ser como él, imitar sus gestos. No le dejan contar nada. Lo cortejan los políticos y lo acosan las marcas publicitarias, porque su nombre o su firma, venden. Nunca pudo volver a la anónima multitud de la que fue parte. La fama, que lo salvó de la miseria, lo llevó hasta este lugar del mundo, donde hoy es técnico del Al Fujairah, un equipo modesto, fundado en 1968, que entró al mapa del futbol gracias a Diego.
Las temperaturas en Fujairah, durante el verano, alcanzan los 48 o 50 grados a la sombra. Cerca de las ocho de la noche, bajan a 43. A 140 kilómetros de ahí, en Dubái, vive Maradona. Todos los días va y viene, para entrenar a su equipo. En la cancha lo esperan Luis Islas y Héctor Enrique, también campeones del mundo en México 86 y quienes forman parte de su cuerpo técnico. Además del calor, que no es lo único, Diego y su grupo de colaboradores -entre ellos un traductor- han tenido que adaptarse al Islam y a las creencias de los musulmanes.
“En la madrugada, cuando la ciudad está en silencio, se escucha el llamado al rezo desde las mezquitas. Es imponente, genera mucho respeto”, confiesa Islas, desde Dubái. “Hay partidos en los que al medio tiempo, en vez de dar indicaciones, tenemos que esperar a que los jugadores recen para hacer nuestro trabajo”.
Bajo esta atmósfera, con cientos de personas en sus entrenamientos abiertos, regularmente de noche, el Fujairah se ha colocado en el segundo lugar de la División 1, que otorga dos ascensos para la Liga Árabe del Golfo. En territorio de guerra, la revolución de Maradona está por llegar a su cumbre.
"Como jugador, Diego fue uno de los mejores del mundo. La gente no conoce, en cambio, al Maradona técnico. Un hombre que se preocupa por todo, al que le encanta analizar a los rivales. Que disfruta trabajar. Tiene unas ganas que son contagiables. Diego genera todo esto: en donde está, la tierra se mueve. Hay ilusión, expectativa, muchísimos medios de comunicación. De todas partes del mundo vienen a vernos. Ojalá que el futbol sirva para unir a los países”.
Los aficionados del Fujairah son respetuosos. No tienen el grado de agresividad de otros, pero exigen ganar. Y si es por goleada, mejor. Los jeques, por otro lado, dueños del equipo, son personas fuertes en los Emiratos Árabes Unidos. Futboleros algunos de ellos y otros más dedicados a los negocios. Recientemente, Diego se ausentó de la boda de su hija Dalma, en Buenos Aires. La razón: el partido que enfrentaba su equipo ante el Al Arabi, crucial para acercarse al ascenso, a falta de tres fechas. Si por error faltaba en el campo, los millonarios inversores árabes tenían preparado su despido.
“El Fujairah hoy es reconocido como un club importante, el rival al que todos quieren ganarle, lo tenemos claro. Pero los jugadores disfrutan estar con Maradona. Ser campeones del mundo es lo máximo, pero el presente es éste. No vivimos de lo que hicimos, sino de lo que hacemos en el equipo. Somos extranjeros en el lugar donde trabajamos. Y hacerlo al lado de Diego, desde las seis de la mañana hasta las ocho de la noche, es un placer enorme”.
Sobre futbol y poder, Maradona podría escribir una enciclopedia. Jugando se transformó en una autoridad emotiva para millones de argentinos y lo mismo hizo, después, como entrenador, en un país donde los sueños no eran posibles.
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TABLA
Así las posiciones en la División 1 de los Emiratos Árabes Unidos, a falta de tres jornadas por disputarse:
EQUIPO PJ PG PE PP PTS.
1 Baniyas 18 12 4 2 40
2 Al Fujairah 19 10 9 0 39
3 Al Ittihad Kalba 19 10 7 2 37
4 Al Hamriyah 19 9 6 4 33
5 Khor Fakkan 18 6 8 4 26
FICHA DEL EQUIPO
Al Fujairah Sport Club
Fundación: 1 de mayo de 1968
Presidente: Ahmed bin Rashid Al Maktoum
Entrenador: Diego Armando Maradona
Estadio: Fujairah Club Stadium (5 mil 93 espectadores)
POR ALBERTO ACEVES
