Tarde soleada en el Estadio Santiago Bernabéu. Juega el Real Madrid frente al Logroñés, el 10 de abril de 1988. El balón viene por izquierda: Martín Vázquez alza la vista y centra, de zurda, y en el área encuentra a Hugo Sánchez. Los aficionados más grandes lo intuyen, los más jóvenes se asombran. En fracción de segundos, Hugo toma tres decisiones. Retrocede, acomoda el cuerpo y, de espaldas al suelo, realiza el remate que ya imaginó en su cabeza. Una obra de arte, convertida en gol.
La chilena es la única jugada del futbol que no necesita del césped, sino del cielo. Y Hugo lo entendió desde pequeño. A 30 años de esa revolución individual, que cambió el color del partido y de su historia como merengue, los recuerdos vuelven a su origen, con un estadio rendido a sus pies entre cientos de pañuelos blancos.
"Fue como estar en una Plaza de Toros", bromea. "Miles de veces lo intenté. Quería hacer un gol así, en un lugar especial y con una camiseta especial. Dios me concedió ese sueño en el Bernabéu, con estadio lleno".
La primera vez que Hugo vio una chilena en un campo de juego fue por su padre, Héctor, cuando tenía tres años. "Terminaban los partidos de mis hermanos y se metían los padres a jugar. Yo estaba muy chiquito, no me dejaban ir con ellos. Yo veía que él intentaba ese remate. Un día, me acerqué y le pregunté: '¿Cómo se llama lo que haces?'. Es una chilena, me dijo. 'Y se llama así, porque un chileno fue el primero que lo hizo'".
Con el tiempo y también otras preguntas, Hugo pudo saber que Ramón Unzaga inventó la jugada. Pero que, así como él, sus piernas disparaban la pelota hacia atrás, en un repentino vaivén de hojas de tijera.
"Fue la chilena más alta que hice en mi vida. El sueño que tuve siempre desde niño. En honor a mi padre, quería hacer de ése mi remate favorito. Practiqué y repetí cada movimiento, hasta el cansancio. Y así pasó".
Aquella tarde de abril, de 1988, el técnico del Real Madrid, Leo Beenhakker, con quien Hugo no tenía la mejor relación, resumió su obra al final del partido: "Después del gol de Hugo, lo correcto hubiera sido terminar el partido e irnos todos a festejar".
En el futbol de España, desde entonces, a cada chilena que ocurre dentro del área la acompaña un recuerdo de Hugo. En los diarios y la televisión, le llaman la Huguina, en honor a él. "Ya no la sueño como antes. Pero siempre recuerdo lo que fue". La obra cumbre de su historia con el Real Madrid.
POR ALBERTO ACEVES
Martes 3 de Diciembre de 2024