Nuevo fracaso del Cruz Azul

Las derrotas de Cruz Azul ante el América se hacen costumbre. Sobre todo cuando los partidos son como el de anoche, con La Máquina arriba en el marcador y sufriendo, en cuestión de minutos, la remontada de las Águilas. El último viacrucis del cuadro celeste, en la historia del clásico joven, llegó justo en un Sábado de Gloria, quedándose sin posibilidades de alcanzar la liguilla en este torneo. La esperanza de otro destino, en el comienzo, parecía ser real con el gol del español Édgar Méndez (5'), cuya potencia en el disparo terminó superando al portero Agustín Marchesín, luego de un error de su defensa. Hasta ahí, la actitud y el ánimo de los visitantes era superior a la de su rival, aunque poco a poco se vino abajo. Con espacios en el ataque, el equipo americanista ganó en velocidad, en posesión del balón y no permitió más errores al momento de ir por el empate. Pronto lo consiguió con un derechazo de Mateus Uribe, su mejor hombre en el campo, producto de un rebote en el área que ocasionó Julio César Domínguez con un mal rechace (24'). Entonces, los fantasmas y aquellas historias de terror vividas en el pasado, volvieron a aparecer en el camino de La Máquina. Y así, sin capacidad de reacción, la remontada fue posible para el América con una gran definición de Cecilio Domínguez, asistido por Oribe Peralta (35'). Las señales de derrota entre los cruzazulinos, sumaron reclamos, manoteos, miradas profundas al cielo y manos directas al rostro.   [caption id="attachment_255983" align="aligncenter" width="1024"] FOTO: Pablo Salazar[/caption]   Sin Miguel Herrera en el banquillo (por sanción), las Águilas reafirmaron dos de sus principales valores en partidos de esta índole: carácter y contudencia. Fueron fieles a su historia y a la expectativa de su afición, que prácticamente llenó las tribunas del Estadio Azteca. Además, dieron el empujón que hacía falta para que su rival se olvidara de pensar en la liguilla. Los cambios fueron obligados para el técnico Pedro Caixinha, que apostó durante la semana por El Gullit Peña y lo sacó al segundo tiempo por Martín Rodríguez. El chileno estrelló un balón en el travesaño, luego de una acción individual por la banda izquierda; luego, desapareció. El dominio en la recta final fue de La Máquina, que mostró mejor control del juego y remates de larga distancia; no obstante, no hubo nada que volviera a doblegar a la zaga americanista. Ni siquiera la presencia de cinco atacantes, entre ellos Jesús Corona. Ganar se ha hecho costumbre para el América en el clásico joven. Y su papel, como la mayor pesadilla en la historia reciente del cuadro cementero, sigue vigente en el Estadio Azteca.   POR ALBERTO ACEVES
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