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Pelota mixteca ya se exporta

La pelota mixteca se juega hace más de dos mil años y no sólo sobrevivió al tiempo; ya también se practica en Estados Unidos

DEPORTES

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Éste es un tesoro que no se hereda con testamento, sino con voluntad. Se agolpa al oriente de la Ciudad de México, justo frente a las pistas del aeropuerto capitalino, y allí, como sucede cada domingo hace más de 60 años, llegan los dueños del juego de la pelota mixteca. En el pequeño graderío está sentado don Álvaro Arallanes. Observa paciente cada partido en el que están dos de sus cinco hijos. Jugó por 65 años, y a sus 84, ve a sus sucesores. “Empecé a jugar a los nueve años en Oaxaca”, dijo el hombre de Miahuatlán de Porfirio Díaz. “Me siento orgulloso de que hagan el deporte que uno jugó, pero me gustaría que se le promocionara más, pero ahora los chavos, ¡mejor agarran la droga!”, aseguró entre risas. Y evoca un ejemplo lejano en ciudades como Fresno, San Diego o Los Ángeles. “En California, los que se van de aquí para allá lo siguen jugando. ¡Jalan tanta gente que ahora hasta americanos van a verlos!”, agregó sonriente el hombre con huellas en las manos por las costuras de su guante y los dedos deformados. ¿CÓMO SE JUEGA? Hace dos mil años se jugaba sin guante, y fue en 1900 que se empezó a usar este implemento. Antes se empleaba con una pelota de 600 gramos hecha del árbol del hule, y recubierta con hilo; hoy es de hule vulcanizado, y pesa 900 gramos; su costo es de mil 200 pesos. Se compite con dos equipos de cinco integrantes cada uno (quinta), en el que cada jugador usa un guante con el que le pega a la pelota; en una cancha de arcilla que mide entre 70 metros y 100 metros de largo por 8 a 9 metros de ancho. Cada guante está hecho de capas de cuero, y una última capa de clavo de gota, que le da un peso estimado de 4 a 6 kilogramos. Cada uno lleva un mes de trabajo y cuesta entre cinco mil y siete mil pesos. El juego comienza cuando la pelota se lanza a una base especial para el saque (botadera), y debe caer del lado del equipo contrario. La cancha está dividida en tres partes: la zona del resto, la de saque y el cajón. La meta es que la esférica no deba botar dos veces sobre la superficie; el conteo es igual al tenis (15, 30, 40 y juego). Hay un árbitro (chacero) que cuenta las rayas (puntos). AQUÍ Y ALLÁ Así como a mediados del siglo pasado inició la migración de Oaxaca a la CDMX, se dio también el éxodo a California. Cada pueblo oaxaqueño ha creado su comunidad del otro lado: los que vivían de Tecomatlán radican en Santa Bárbara, o aquellos de San Martín Tilcajete, se mudaron a Santa Cruz. “Hace 20 años se realiza en California el Torneo Internacional de Pelota Mixteca. En México se hace un selectivo para que la mejor quinta juegue con los de allá; hay cerca de 15 escuadras en Estados Unidos”, explicó Ángel Arallanes, cuyo padre, don Álvaro, le puso su primer guante a los cinco años. SOBREVIVE CON CARENCIAS En la década de los 40 iniciaron los partidos de pelota mixteca en la CDMX. Desde entonces, cada fin de semana, el Pasajuego Balbuena y sus cinco canchas se llenaban. En 2008 fue declarado Patrimonio Cultural Intangible de los Juegos Prehispánicos, pero en 2009, con Marcelo Ebrard como jefe de Gobierno, se destruyeron las canchas –pese a una solicitud de la Comisión de los Derechos Humanos capitalina de no tocar el espacio–, para construir el C-5.Hoy todo se redujo a una cancha solitaria, al lado del aeropuerto. Aunque la llama se apacigua, no se extingue. “Es responsabilidad transmitirlo, que no sea como una reliquia en un museo, sino un juego vivo”, dijo Ángel, que busca nuevos herederos en México, pero que a la vez florece en EU.   Por  KATYA LÓPEZ