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Santo, el enmascarado de plata cumple 100 años

DEPORTES

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El único superhéroe de carne y hueso, El Santo, cumple este sábado 100 años de su natalicio, y su existencia perdura en las memorias de los mexicanos y de muchos admiradores en el mundo entero. Rodolfo Guzmán Huerta nació el 23 de septiembre de 1917, en Tulancingo, Hidalgo. Un hombre entregado a la lucha libre con un carisma tal que saltó del cuadrilátero a otros rings de diferentes dimensiones, para luchar contra los males representados en monstruos de diferentes tamaños, delincuentes y mafiosos, e incluso contra villanos intergalácticos enemigos de la humanidad. El Santo, historia de la leyenda en 100 fotos En su metro 78 de estatura y 95 kilos de peso, que lo hacían pertenecer a la división welter, El Santo fue un gladiador invencible en la lucha libre, ya que nunca perdió la máscara en los 40 años que repartió golpes, llaves maestras y patadas voladoras, siempre activo hasta su fallecimiento, en 1984. Como luchador era muy completo, capaz de combatir a ras de la superficie o con sus vuelos desde la última cuerda. Su mejor llave aplicada fue La de a Caballo —que consiste en derribar al adversario para montarse sobre su espalda y sujetarlo con ambas manos desde el mentón para jalarlo hacia arriba— inventada por Gory Guerrero, quien se la obsequió porque la ejecutaba con mejor técnica que él, y la convirtió en su joya insignia, con la que acostumbraba ganar. También lo acompañaron las mujeres más hermosas de la época: la hiper vamp Lorena Velázquez, la reina de la belleza nacional, Ana Bertha Lepe, la modelo considerada La más Bella del Perú, Ofelia Montesco; la actriz ítalo-argentina Sasha Montenegro, entre otras emperatrices de la farándula mexicana. Su resistencia a proteger al personaje lo hizo una figura de culto en torno a su incógnito, el que se despejó levemente cuando en el programa Contrapunto, conducido por el periodista Jacobo Zabludovsky, mostró parciamente su rostro levantándose la máscara. Entre los años 60 y 70 fue pieza clave para definir el género cine de luchadores, donde aportó más de 50 filmes, entre los que destacan el duelo contra las “Mujeres Vampiro” (1962), “Santo en el Museo de Cera” (1963), “Santo y Blue Demon vs. Los Monstruos” (1970” y “Santo contra Las Lobas” (1976), entre otros. Es también una expresión auténtica de la cultura pop, donde su efigie se convirtió en un icono de la victoria del bien sobre el mal, inmortalizado en diferentes pinturas, artesanías, y en el merchandising luchístico en ropa fashion, sobre todo camisetas, en diferentes generaciones. También estelarizó fotohistorietas con sus aventuras que cautivaron a sus admiradores en la década setentera. [caption id="attachment_111207" align="alignnone" width="1200"] FOTO FACEBOOK[/caption]   Su heredero de máscara y compromiso, El Hijo del Santo, tenía programado luchar hoy en Tulancingo en una función de homenaje a su progenitor, pero la postergó debido al periodo de luto nacional tras el sismo con magnitud de 7.1 grados que sacudió al país: “No estamos para celebraciones y seguramente mi padre pensaría lo mismo que yo”, dijo.