El 7 de abril del año 770 de nuestra era, Ukit Kan Le´t Tok (el padre de las cuatro frentes de pedernal) se convirtió en soberano de Ek’ Balam. La ciudad maya, ubicada a 10 kilómetros de la actual Valladolid, en Yucatán, tenía entonces una extensión de entre 12 y 15 kilómetros a la redonda y estaba lista para vivir su esplendor, durante las cuatro décadas que duró el reinado.
Ukit Kan sería el encargado de edificar las principales construcciones y un suntuoso palacio, hoy conocido como Acrópolis, e impulsó diferentes avances técnicos y culturales que hicieron de Ek’ Balam una tierra de artistas. Los constructores de la ciudad, señalan los arqueólogos Leticia Vargas de la Peña y Víctor Castillo Borges, se apropiaron de estilos como el Puuc, Río Bec y Chenes, “creando imágenes muy importantes que caracterizan el sitio”.
Más aún, en el lugar trabajaron hábiles artistas que decoraban los edificios con un tipo de estuco modelado, diferente al tallado de otras ciudades. “Había unos escultores realmente increíbles; el primer rey tuvo tanto poder que pudo tener a su servicio a los artistas más importantes: talladores, escultores, constructores, arquitectos, diseñadores de joyas”, señala.
Desde diciembre pasado, los expertos del INAH trabajan en una plaza elevada, en el este de la Acrópolis, que confirma a Ek’ Balam como tierra de creadores; con recursos del Promeza, el programa creado para atender las zonas arqueológicas alrededor del Tren Maya, los arqueólogos trabajan liberando una zona residencial decorada con estuco modelado, en la que debieron pernoctar los gobernantes.
Escenas de guerreros que sostienen cautivos del cabello son conservados por un equipo encabezado por la restauradora Alejandra Alonso. Pero más allá de la belleza de las imágenes, los estucos permiten a los especialistas reescribir la historia del sitio y sus gobiernos. Los estucos “nos indica la importancia del personaje que vivió aquí, por eso nos inclinamos, sin asegurar todavía, que aquí vivió uno de los gobernantes que siguieron al primer rey”. Pero la confirmación de esa teoría, aún espera ser revelada por los muros.
A DETALLE
- El esplendor artístico se dio con la construcción de la tumba de Ukit Kan Le´t Tok
- Finamente decorada con estuco modelado, representa la entrada al inframundo
- El gobernante fue sepultado con una ofrenda de 7 mil piezas diferentes
- La zona residencial explorada no será incorporada aún al recorrido de Ek’Balam
FOTOS: CORTESÍA: INAH
MAAZ
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