SOVAVÓN

"La noche en cautiverio"; el socavón que inspiró una novela

En su novela "La noche en cautiverio", el escritor Arturo Ceballos cuenta la historia de una oquedad que revela la corrupción de un poblado mexicano

CULTURA

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Socavón que se formó en Puebla.Foto: Archivo / CUARTOSCURO Créditos: Foto: Archivo / CUARTOSCURO

Un socavón en la tierra también puede ser entrada para la fantasía. Mientras la oquedad que se abrió en la población de Santa María Zacatepec, Puebla, continua creciendo, otro hueco es materia para la ficción: en “La noche en cautiverio” (Editorial Porrúa, 2020), el escritor Arturo Ceballos Alarcón (CDMX,1976) convierte un misterioso túnel en protagonista de su historia.

“Llegué a vivir a San Cristóbal de las Casas hace como diez años; estaba colaborando con un semanario de noticias y un periodista me contó la anécdota: que en algún lugar de Chiapas surgió un agujero en medio de la plaza central y cuando la comunidad acudió con las autoridades, se llegó a plantear, antes que taparlo, sacarlo del pueblo”, cuenta el autor en entrevista.

Leyenda

A la manera de la Alicia de Lewis Caroll, en la historia de Ceballos un niño humilde desaparece por el gigantesco agujero, en una ficticia ciudad de San Cristóbal Calambur; el absurdo y el hueco depara sorpresas: la búsqueda del pequeño se convierte en experiencia reveladora de los excesos de la clase política local, los prejuicios, los miedos y los anhelos de los personajes que desfilan por la novela.

La irracional solución que se plantea para el socavón, fue el ingrediente clave para la historia: “Para tapar el agujero plantearon hacer otro enfrente y luego otro, y luego otro, hacer una cadena de hoyos hasta que se saliera del pueblo. Esa idea, completamente absurda, pero que ocurre en Chiapas, me detonó la idea de que en algún momento podría convertirse en una historia”.

“Metí personajes, otro tipo de conflictos, situaciones y experiencias que se viven en esta parte del país y que son muy ilustrativas del contexto, no sólo de Chiapas sino de todo el país: de cómo se manipula el poder, el dinero, las relaciones con la política, los empresarios, la religión, los activistas”, agrega.

A lo absurdo, lo lúdico e hilarante, combinado con lo trágico del día a día, la historia de Ceballos transita entre los linderos de la fantasía, pero también intenta dibujar la miseria y la injusticia. “Realmente quería que quedara plasmada la realidad, aprovechar la ficción para plasmar lo que pasa y que, como no nativo de San Cristóbal, se percibe de inmediato”.

Formado como abogado, Ceballos también es autor de la novela “Oldemburgo” (2015) y del volumen de cuentos “La miseria de los locos” (2011), cuyo relato que lo titula mereció el Premio Nacional de Cuento Corto José Agustín. A su llegada a Chiapas, estableció una librería de viejo que duró tres años y que le permitió acercarse con los escritores de la ciudad.

“Llegar a San Cristóbal fue determinante porque me volvió más sensible a la situación social y me volvió más próximo a cómo la gente vive el día a día, su cotidianidad, los detalles que van haciendo su vida y que en la Ciudad de México no tenía se tiene porque estaba rodeado de muchos distractores”, dice.

La ciudad y su realidad, fueron la fórmula para su carrera literaria: “Me gusta mucho escribir fantasía, pero no es una fantasía rosa, siempre suele ser trágica; me gusta ver hasta donde puede llegar la imaginación tomando elementos de la realidad, me cuesta mucho trabajo pensar en una literatura totalmente realista, no me gusta y no la disfruto. Siempre trato de despegar los pies del suelo para ver hasta donde llega la fantasía, me siento a gusto y parece que me ha resultado”. Ceballos, ya tiene lista su siguiente novela y afirma que avanza por los mismos caminos.

 

DRV