PIENSA JOVEN

El arte y la cultura: una oportunidad para la reactivación económica

El sector cultural y artístico puede impulsar la reactivación económica nacional tras la pandemia del COVID-19, no obstante, desde hace años se ha visto desaprovechado su potencial

CULTURA

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actividades culturales.Créditos: Foto: cuartoscuro.com

Las estrategias de reactivación económica tras la pandemia del COVID-19 delinean un plan de estímulos a segmentos “tradicionales” de la economía como el fomento a la inversión privada, el comercio internacional, proyectos de infraestructura, entre otros; para este plan, el sector cultural y artístico es un rubro con mucho potencial para la economía nacional, sin embargo, requiere superar el constante desdén que ha vivido por parte de las esferas pública y privada. 

Esta no es una propuesta novedosa, mucho se ha estudiado sobre la relación entre el arte, la cultura y la economía. Se le ha bautizado con diversos nombres: economía naranja, industria creativa, o economía creativa las cuales esencialmente aluden a la producción de actividades vinculadas a la cultura y el arte como el cine, la música, las artesanías, los museos, las ferias o las fiestas patronales (llamada producción cultural de los hogares por el INEGI), entre otras actividades. 

En muchos países las actividades artísticas y culturales movilizan millones de divisas, por ejemplo, durante 2019 en Estados Unidos, generaron 919.7 mil millones de dólares (según el Departamento de Comercio de ese país) lo que representó el 4.3% del PIB de ese año.

Las actividades culturales y artísticas ofrecen una ventaja frente a otras actividades económicas que es la constante producción, ya que éstas no dependen de recursos naturales o infraestructura tecnológica de punta, dependen de la creatividad de los productores/artistas y un canal de estímulo y difusión para detonar importantes procesos económicos. 

No obstante, en México este rubro ha sido fuertemente desdeñado. La cuenta satélite de cultura que reporta el INEGI, señala que para 2019 el porcentaje de estas actividades en el PIB fue de un 3.1%, lo cual pese a ser un porcentaje relevante (dado que el crecimiento económico no ha rebasado esta cifra en varios años) dibuja una tendencia a la baja, ya que en 2009 este sector aportó el 4.0% del PIB. 

Algunas causas probables se encuentran en la poca inversión privada a este sector (la que existe se concentra sobre todo en cine), una inversión pública poco efectiva y centralizada en puntos específicos del país como la Ciudad de México, así como el éxodo de importantes artistas y creadores mexicanos a otros países. Esta tendencia se agrava por el efecto económico de la pandemia por COVID-19, durante la cual se suspendieron actividades como conciertos, proyecciones cinematográficas, ferias, fiestas, y una cuantiosa cantidad de actividades relacionadas. 

Conviene repensar el gasto público en estas actividades y probar mayor presencia del sector privado en ellas, de manera que se estimulen estas actividades no solo en las manchas urbanas, si no también en localidades rurales que ven en estas actividades un sustento económico, así como una tradición. Dada la diversidad cultural y artística de nuestro país se potenciaría la obtención de grandes beneficios económicos, favorecería al menos a 1,395,644 personas que de acuerdo con el INEGI laboran en el sector y contribuiría a una producción más provechosa para la economía nacional.

mgm