Cuando en los años 90, del siglo XX, el escritor y editor Philippe Ollé-Laprune publicó De perfil, de José Agustín (Acapulco, 1944), en Francia, recibió críticas, pero también expresiones de sorpresa: “Rompió el esquema que venía del boom, para el lector francés la literatura de América Latina era García Márquez y Vargas Llosa, y de repente se encontraron con un libro de lenguaje distinto, popular, de la calle, puso las cosas en su lugar”, cuenta.
Este año, la novela, que constituyó un quiebre con todo lo que se venía escribiendo en México, cumple 55 años de su primera publicación; su autor cumplirá 77 el 19 de agosto, y al menos un lustro separado de la vida pública, tras sufrir un accidente en un festival poblano, en 2009.
Escritores —viejos y jóvenes— y amigos, se reunirán virtualmente, del 17 al 21 de mayo, para celebrar a el Jefazo, en el ciclo “José Agustín. De perfil”.
Organizada por la UAM Cuajimalpa, la jornada incluye la participación de escritores como Enrique Serna, Julian Herbert, Fernanda Melchor, Elsa Cross, Hernán Lara Zavala, Evodio Escalante, y personajes de la contracultura como Carlos Martínez Rentería y Pacho Paredes, entre otros, quienes hablarán sobre la ruptura que significó la obra de José Agustín y su influencia en la cultura popular y la contracultura.
Ollé-Laprune dice que la autoridad del autor es innegable, a pesar de las voces que calificaron su obra de “ligera y facilona. Las conclusiones a las que llegaban sus críticos en su época, eran falsas; la de él es una literatura que tiene peso y una gran calidad como para dejar una influencia y una huella en la obra de muchísimos jóvenes autores”, afirma.
Como muestra, señala dos lecciones de su obra: primero, “que la literatura no tiene que ser ceremoniosa y llena de seriedad”; y dos, “que nos enseña a tener una visión crítica de la sociedad y una visión luchadora frente al mundo impuesto”.
POR LUIS CARLOS SÁNCHEZ
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