Cultura

Poesía como acto de provocación, Carmen Berenguer

Una antología de la poeta chilena Carmen Berenguer se edita por primera vez en México; su voz siempre ha estado asociada a la denuncia y la resistencia a la represión

Poesía como acto de provocación, Carmen Berenguer
Berenguer tiene cuatro décadas escribiendo poesía Foto: Especial

Todo régimen político, dice la poeta chilena Carmen Berenguer (1946), intenta arrancarle palabras a la gente. Pero si existe una que resiste todo y es a prueba de corrosión, esa es pueblo: “Las palabras también se gastan, pero la palabra pueblo nunca se va gastar, la palabra pueblo es sine qua non a nuestra existencia”.

Berenguer tiene cuatro décadas escribiendo poesía, comenzó a hacerlo en plena dictadura militar (1973-1990) e inmediatamente, se convirtió en una de las voces femeninas más prominentes de denuncia y resistencia a la represión. Por primera vez, el corpus completo de su obra puede conocerse en México a través de una antología.

Seleccionado y con prólogo de la también poeta Claudia Posadas, “Carmen Berenguer. Plaza Tomada. Poesía (1983-2020)” es editado por la Universidad Autónoma de Nuevo León e incluye una selección de la obra más representativa de la poeta, así como algunos de sus versos más recientes, inspirados en los últimos estallidos sociales en Chile.

La también cronista y artista visual no entiende de hacer poesía sin provocación. En sus versos siempre hay opinión política, crítica cultural y reflexión. Berenguer explica que todos esos ingredientes siguen estando en sus palabras “porque el mundo no deja de tener llagas, el mundo siempre tiene penurias, tiene momentos de alegría, claro está, pero también momentos terribles”.

Cuarenta años después, dice al teléfono desde Chile, “siento que estoy escribiendo con el mismo impulso de cuando empecé, estoy escribiendo las mismas cosas que ya escribí, reescribiendo más bien, uno reescribe, nunca escribe, lo que lee en los medios, lo que lee en los libros y lo que lee también en la vida, esa es la poesía, la poesía transita por esos lugares, siento que mi palabra no ha cambiado y que sigue vigente”.

Desde su primer libro “Bobby Sands desfallece en el muro”, Berenguer manifestó un compromiso social profundo que la llevó a cuestionar y desarrollar problemáticas vinculadas a la política y el mercado. En plena dictadura, cuando la poesía femenina en Chile adquirió fuerza, Berenguer fue situada junto a poetas como Diamela Elit, Raúl Zurita y Diego Maquieira.

La dictadura, sin duda, habrá de marcar su trabajo: “Adorno decía: ¿cómo escribir después de Auschwitz?; mi pregunta siempre fue: ¿cómo escribir después de Pinochet?, ¿cómo escribir después de las muertes que hizo Pinochet, la tortura que hizo en el país?, esa es nuestra pregunta y ha sido mi pregunta esencial para escribir poesía, ¿cómo voy a escribir este poema de un muchacho que lo dejan ciego?, ¿cómo lo escribo?”.

La poeta se refiere a Gustavo Gatica, el joven que quedó ciego a consecuencia de los disparos de la policía durante las protestas en Chile (el poema dedicado a él, también está en la antología).

Berenguer afirma que si bien las cosas han cambiado, sigue habiendo motivos para levantar la voz: “Cambió el panorama del mundo y claro, llegó la democracia, pero la democracia que hemos vivido  es una democracia protegida dentro de las leyes de Pinochet, entonces tampoco hemos tenido una gran libertad, la única libertad que hay en Chile es la del mercado, las otras libertades son todas conculcadas”.

Ahora, sin embargo, la esperanza para la poeta ha renacido con los jóvenes, en los estallidos sociales. “El estallido que ocurrió es la revolución, estamos en un proceso revolucionario, estamos en una guerra civil de ideas; hay una revolución en la universidad de las muchachas para cambiar el lenguaje del acoso, de lo que han sufrido como esclavas con un menor sueldo y los jóvenes lo mismo, que se han encontrado que deben pagar su vida desde que nacen hasta que mueren como derecho”.

Las cosas, cree, no serán fáciles ni rápidas. “No va terminar ahora, vino el estallido y hemos continuado luchando dos años para cambiar la constitución, aunque nos cueste diez vamos a cambiarla porque la conciencia chilena ya cambió, esta no es una revolución de unos pocos luchando con los carabineros, esto es una revolución más profunda”. Y mientras, “seguimos bregando y seguimos cantando como dicen los poetas”, concluye. 

Por: Luis Carlos Sánchez

dhfm

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