Cuando asistimos a una exposición en un museo o una galería podemos contemplar obras realizadas por los artistas con distintas técnicas dentro de las artes plásticas.
Tratándose de pintura, me parece acertado que quienes tienen frente así la intención de formar una colección de arte tengan muy presentes las diferencias entre las obras originales y la gráfica. Las originales son las que fueron realizadas por el artista como pieza única, con su estilo y propuesta técnica e iconográfica —no hay copias de esa pieza— y son realizadas con los tradicionales materiales pictóricos como el óleo, el acrílico, el gouache o la acuarela, el pastel, la tinta, el lápiz, la sanguina, sobre diversos soportes como lino, masonite, madera, papel, etc.
La obra gráfica es un concepto genérico que abarca múltiples y muy diversas técnicas desarrolladas a lo largo de siglos, desde las más tradicionales como la xilografía, pasando por la serigrafía, la litografía y las distintas variedades incluidas dentro del grabado, como son: aguafuerte, aguatinta, linóleo y acrilografía. Todas ellas nacen de una misma idea, la transferencia de la imagen creada por el artista sobre una placa, que bien puede ser una plancha metálica, de madera, de piedra, de acrílico, etc., misma que, por medio de un rodillo o un tórculo, es pasada a un soporte, que generalmente es papel o tela.
Todo tiraje de obra gráfica debe ser autorizado por el artista, estableciendo claramente el número de copias que se realizarán.
Para que la obra gráfica sea válida, se deben cumplir ciertos requisitos: a) debe ser creación del artista, el cual debe trabajar directamente sobre la plancha; b) la edición debe de ser limitada, estableciendo claramente el número de copias autorizadas por el autor, quien deberá numerarlas y firmarlas individualmente, de su puño y letra; c) las planchas deben ser destruidas, o al menos canceladas, al final del proceso, ya que de esta forma se garantiza que no sean impresas nuevamente, sin la autorización del autor; y d) muchas veces las obras llevan un sello de agua realizado por el taller impresor, por el editor o por el propio autor, como garantía de que las copias forman parte del tiraje autorizado.
¿Qué son las reproducciones?
Existen múltiples impresiones de las obras de distintos artistas en todo el mundo, sin firma, ni numeración. Estas impresiones suelen ser realizadas en offset y de ninguna manera tienen la validez económica de una obra de arte, a menos que hayan sido autorizadas por el artista y en ese caso, deberán ir firmadas y numeradas por él mismo, en original. Aun cuando estas piezas pueden tener un mayor valor que las simples reproducciones sin firma del artista, no alcanzan el valor que tienen las obras gráficas realizadas a la usanza antigua.
Hay casos en que el artista entrega sus placas a alguna persona o institución de su confianza, autorizándole por escrito que se vuelvan a imprimir sus obras, aún después de su muerte. Un ejemplo es el caso de Francisco de Goya, quien le entregó al gobierno de España algunas de las placas de
sus mundialmente reconocidos grabados, autorizándole a imprimir nuevos tirajes cuando hubiera necesidad de recaudar fondos para el desarrollo de proyectos gubernamentales de beneficio social.
Tener claridad sobre este tema resulta transcendental cuando se tiene la intención de adquirir obras de arte. Si no se tiene el conocimiento, considero importante buscar asesoría de los expertos, quienes podrán orientar a los nuevos coleccionistas sobre la autenticidad de las obras de su interés.
Por Liliana M. Rubín
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