México es un país de artes. Lo ha sido desde las culturas originarias y ha continuado su legado dentro de sus etapas virreinales, independientes y hasta nuestros días.
Por ello, fuimos de los primeros países en el continente en educar profesionalmente a la juventud. Prueba de ello es la fundación de uno de los primeros conservatorios en América. De hecho, mientras se fundaba el Conservatorio de Moscú, en septiembre de 1866, meses antes del mismo año se fundó el Conservatorio Nacional de Música de México, el 1 de julio.
Nuestro país no podría entenderse sin la presencia cultural, artística y musical de Manuel M. Ponce, Ángela Peralta, Carlos Chávez, Silvestre Revueltas, José Pablo Moncayo, Mario Lavista, Eduardo Díazmuñoz, Gabriela Ortiz y un incontable etcétera. Pero todas y todos ellos fueron estudiantes de música que emanaron de las escuelas profesionales mexicanas, particularmente del Conservatorio Nacional. Así, la importancia de la juventud musical mexicana se ha visto reflejada en las distintas generaciones de artistas que año con año, día tras día, circulan por las distintas cátedras de las escuelas profesionales de música del país.
En épocas recientes, el Conservatorio ha dado seguimiento puntual a las y los distintos artistas jóvenes que con seguridad serán grandes músicos del futuro cercano, dado que ya se encuentran actualmente, aún siendo estudiantes, en la escena musical internacional.
Proyectos como el Festival Internacional de Guitarra que ofrece clases magistrales de grandes guitarristas del mundo y el concurso nacional de guitarra, perfeccionan la técnica de interpretación del instrumento en las y los estudiantes mexicanos. La cercana relación con el distinguido director de orquesta Gustavo Dudamel ha generado proyectos de promoción y educación para un gran número de instrumentistas jóvenes en los encuentros de orquestas con estudiantes de las tres escuelas profesionales de música del INBAL (Escuela Superior de Música y Danza de Monterrey, Escuela Superior de Música y Conservatorio Nacional de Música). La clase magistral ofrecida por Dudamel en el Palacio de Bellas Artes, en un encuentro con nuestras orquestas y la Juvenil de Los Ángeles (YOLA), y la gira de orquestas en Europa son muestra de la experiencia artística que las y los jóvenes han aprovechado para su desarrollo con músicos de alto nivel mundial.
En el área pianística se generó la Cátedra Ricardo Castro, en homenaje al reconocido músico mexicano. La Cátedra surge como uno de los proyectos de cursos de excelencia que el INBAL ofrece para el desarrollo artístico y académico de los jóvenes mexicanos, a través del Conservatorio Nacional de Música, quien diseñó estos cursos de excelencia pianística con el objetivo de fortalecer el desarrollo educativo de los jóvenes más sobresalientes del país. A partir de 2017 se ha convocado a pianistas destacados a nivel internacional para ofrecer cursos y clases magistrales para pianistas menores de 22 años bajo la asesoría de artistas como Anatoly Zatin, VladaVassilieva, Silvia Navarrete, Manuel González, Víctor Rodríguez, así como de quien escribe, lo que ha contribuido al perfeccionamiento pianístico de las y los jóvenes más destacados y en su desarrollo artístico-académico para mantener un nivel competitivo en audiciones nacionales e internacionales, refinamiento técnico de estilo, así como el reconocimiento de las tendencias internacionales en el mercado laboral pianístico a nivel mundial. Vale la pena mencionar que, en la mayoría de los casos, estas y estos jóvenes tienen a grandes docentes como sus titulares, quienes contribuyen con sus enseñanzas semanales a la educación pianística de las y los jóvenes y generosamente comparten su titularidad con las y los docentes de la Cátedra para complementar el perfeccionamiento pianístico.
Como cátedra, se han realizado presentaciones en distintos recintos del país como el Paraninfo Universitario de Colima, la Escuela Superior de Danza y Música de Monterrey, la Biblioteca Vasconcelos, el Museo Recinto Homenaje a Don Benito Juárez del Palacio Nacional, el Seminario Mexicano de Cultura, y en su lugar sede, el Conservatorio Nacional de Música, en conciertos para piano acompañados por la Orquesta Filarmónica de la Secretaría de Marina Armada de México y de la misma Orquesta Sinfónica del Conservatorio.
Las jóvenes promesas que participan en la cátedra suman una serie de logros nacionales e internacionales como Luciana Muraira, Saúl Ulises Ibarra, Luis Villa Roa, Alejandra Pott, Alberto Javier Garduño, Marco Levi, David Lozano, Abril Alvarado, Aranza Ortega, Sofía Pott, Diana Robles, Max Duarte, Zoé López y María Hanneman Vera, por mencionar algunos casos de éxito. Personalmente he tenido el reto de ser el maestro titular de María Hanneman, quien, a su corta edad, como el resto de los participantes de la cátedra, ha ganado varios concursos nacionales e internacionales y el pasado 30 de septiembre debutó en la sala principal del Palacio de Bellas Artes, bajo el padrinazgo del mundialmente reconocido tenor Javier Camarena.
En dicho concierto, María Hanneman actuó no sólo como recitalista concertista con repertorio de piano solo (Chopin y Ponce), sino que también como pianista colaborativa acompañando al tenor mexicano.
Casos como el de Hanneman son característicos de las y los integrantes de la Cátedra Ricardo Castro, formando un grupo de pianistas nacionales que continuarán el gran legado musical de México y quienes además se convierten en un modelo de vida cultural juvenil alternativo a las tendencias contemporáneas de actividades infantiles y juveniles, creciendo como personas sensibles, intelectuales, responsables, emprendedoras y generosas, creando sensaciones de felicidad y elevando a través de sus presentaciones la calidad de vida en su entorno social y en sus públicos.
Es así, como el Conservatorio Nacional de Música del INBAL promueve el desarrollo cultural de nuestros habitantes a través de proyectos artísticos cobijados por el ámbito académico para sus jóvenes en edad, pero ya con la madurez de grandes artistas.
Por David Rodríguez de la Peña
PAL