“Sólo pido cinco minutos”, ataja Guillermo Fornes (Bilbao, 1964). Es tiempo suficiente para que una de sus obras, afirma, “dé un gancho al corazón” a cualquier espectador. “En ese tiempo si el cuadro te dice algo, serás capaz de sentirlo; si no te trasmite, no es arte”, señala.
De visita en la CDMX para presentar obras recientes de la serie Entropía, en la feria Zona Maco en la galería Hispanoamericana Contemporáneo, el artista lamenta que en el presente el público dedique poco tiempo y atención a observar. A enfrentarse al arte, a mirar la pintura que es en la mayoría de los casos es una proyección de su pensamiento.
“Yo trasmito lo que soy, lo que siento y lo que pienso”, dice el artista que ha expuesto en Inglaterra, Alemania, Bélgica, México y España. En un sentido literal, sus lienzos de materiales orgánicos son un espejo de sus emociones no desde la melancolía, sino al entender la pintura como un medio de expresión inmediato.
A ello responde que trabaje con materiales naturales, como arcillas, piedras molidas y fuego. Sobre el lienzo, a veces, traza con pólvora y otras con tierra y agua.Su propuesta es utilizar lo menos posible químicos, y generar un entorno que conecte con el espectador.
De ello da cuenta la serie Entropía, un proyecto que trabaja con el fuego controlado. Con la pólvora traza el contorno de la figura sobre el lienzo y la prende para que la imagen quede dibujada tras la combustión. El resultado es la combinación de pigmentos, agua y fuego.
[nota_relacionada id=862286]POR SONIA ÁVILA
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